Columna: El radical mensaje de la película “Barbie”: Todos necesitamos más ‘Kenpatía’
El éxito de taquilla de “Barbie” de Greta Gerwig puede ser una comedia, pero muchos espectadores se lo están tomando muy en serio. Los críticos han estado haciendo rabietas. Los fans se conmueven hasta las lágrimas.
¿Por qué esta película que habla de un juguete provoca reacciones tan opuestas?
No son solo los expertos de derecha los que están reaccionando ferozmente, como Ben Shapiro que se ha puesto a quemar muñecas. La gente común también está reaccionando. Las mujeres están rompiendo con novios. Otros son rechazados de sus citas por que no les gustó la película. Entre la gente de izquierda, se ha convertido en una prueba de fuego para lo que se considera una masculinidad saludable.
Los conservadores que atacan la película como propaganda anti-masculina están ignorando su mensaje central, que es que el patriarcado perjudica a todos, independientemente del género. Pero algunos progresistas que etiquetan a cada detractor de la película como un machista pueden estar perdiendo el fondo del argumento: un mundo que hace caso omiso de los hombres y sus sentimientos es una forma invertida de patriarcado y también es cruel.
En la película, el Ken de Ryan Gosling se siente marginado en Barbie Land, donde las Barbies gobiernan todo y los Kens son ciudadanos de segunda clase. En una visita al mundo real, Ken está asombrado al descubrir que es respetado allí.
Él trae el patriarcado a Barbie Land, y cuando la Barbie de Margot Robbie se enfrenta a Ken en la pesadilla de Kendom, le dice que su casa es de él y no de ella, es un eco de lo que ella le dijo alguna vez. Por primera vez, su cara transmite un verdadero dolor. “¿Qué sentiste cuando te dije eso?”, le pregunta a Barbie. “No es divertido, ¿verdad?”
La representación de Gosling de un Ken torpe pero a menudo simpático tiene un propósito: no podemos evitar apoyarlo. Su humanidad es incontenible, rompiendo regularmente las paredes de su caricatura.
Alerta de spoiler: Después de que la Barbie de Robbie y Gloria de America Ferrera, una madre latina del mundo real, trabajen juntas para desmantelar el Kendom, el Ken de Gosling estalla en lágrimas. Barbie se disculpa por ignorarlo durante tanto tiempo. Ella anima a Ken a descubrir su propia identidad y autoestima.
La película es un producto raro de la cultura convencional que invita a los hombres a reimaginar la masculinidad por su propio bien. Reconoce la crisis de identidad y la pérdida de esperanza y de la promesa económica, así como el propósito de vida entre los hombres estadounidenses. Estas luchas a menudo son ignoradas por los progresistas, pero son explotadas de manera conveniente y venenosa por los influencers de derecha, desde Andrew Tate hasta Josh Hawley.
Los hombres representan casi 3 de cada 4 “muertes por desesperación”, por suicidio, abuso de alcohol y sobredosis. Son más solitarios que las mujeres, con un mayor declive en las amistades cercanas. Las mujeres están superando a los hombres en la escuela y en el lugar de trabajo.
El análisis de la película se ha centrado en sus mensajes de empoderamiento hacia las mujeres, pero lo que la convierte en una historia radical es que también invita a las mujeres a reimaginar el feminismo para que no ignore las luchas masculinas.
Cerca del final de la película, cuando las Barbies tienen la opción de restaurar Barbie Land exactamente como estaba, eligen no hacerlo. La Barbie presidenta de Issa Rae, dice: “ninguna Barbie y ningún Ken deberían estar viviendo en las sombras”.
Tal vez es por eso que los extremistas de derecha odian la película: la igualdad da miedo incluso en un mundo de juguetes.
En su libro de 2004 sobre la masculinidad, “The Will to Change”, bell hooks argumentó en contra de la idea de percibir a los hombres como enemigos y como beneficiarios universales del patriarcado, una falsa noción introducida por las mujeres con privilegios de clase. “Las mujeres que se han criado en hogares pobres y de clase trabajadora siempre han sido muy conscientes del dolor emocional que sufren los hombres en sus vidas”, escribió.
Al principio de la película, la Barbie de Robbie encarna el feminismo que engancha a la crítica: ella es individualista e inhumana, como el patriarcado. Ella es míticamente feliz y autosuficiente. Cuando los pensamientos humanos comienzan a entrometerse en su mente, se siente horrorizada. “Vas a empezar a ponerte triste, blanda y complicada”, advierte la extraña Barbie de Kate McKinnon. Barbie no puede imaginar un destino más terrible. Pero al final, (una gran advertencia de spoilers) ella elige convertirse en humana.
La película de Gerwig es un llamado a la humanidad. “Soy rara y estoy loca”, dice Gloria con orgullo, después de que su hija revele que esos son precisamente los rasgos que ama de su madre, los rasgos que trata de ocultar. Algunos pueden ver la película como un mensaje anti-masculino porque los Ken son más raros, más oscuros y locos que nadie. Pero están pasando por alto este punto: los defectos, los errores y las emociones desordenadas no disminuyen el valor de nadie.
La primera vez que vi la película, la representación de los hombres, como a la mayoría, me pareció patética y me puso triste. Como hija de un hombre mexicano que lucha con problemas de salud mental y rara vez busca ayuda debido a su sentido del machismo, sentí pena por Ken, que no pudo encontrar un lugar en el mundo. Me preocupaba tener un caso de empatía fuera de lugar. Pero la segunda vez que la vi, me di cuenta de que lo que debía sentir por Ken era “Kenpatia”.
La Kenpatía no niega el feminismo; no es un juego que suma cero. Ken ve los destinos de hombres y mujeres entrelazados.
En un ensayo reflexivo del mes pasado, Christine Emba en el Washington Post señaló que los hombres no pueden arreglarse a sí mismos o reimaginar la masculinidad solos. “La gente necesita códigos sobre cómo ser humano”, escribió.
En la película, las Barbies dejan que Ken se encuentre a sí mismo. Una amiga mía, una feminista que creció jugando con Barbies, se entristeció por la ausencia de modelos masculinos positivos en la película. Me decepcionó su posición porque no es realista esperar todo de una comedia taquillera de verano.
Que la película se acercara a reimaginar la masculinidad es una de las razones por las que tocó un nervio social. Está destinado a provocar conversaciones sobre los roles de género. Más allá de eso, tal vez inspire un interés más amplio en la lucha por la igualdad. Pero no podemos lograr la igualdad sin tener un poco de Kenpatía.
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