El candidato Bernardo Arévalo contagia de entusiasmo a los votantes guatemaltecos en EE.UU.
LOS ÁNGELES — En la primera vuelta de las elecciones realizadas en Guatemala se impuso el voto nulo, tanto dentro como fuera de sus fronteras, como una forma de rechazo a la clase política y al sistema que ha mantenido el control del Estado.
En cambio, la segunda vuelta, programada para el domingo, inspira esperanza entre los votantes que van a elegir al próximo presidente y vicepresidente de esa nación centroamericana.
Los dos contendientes en estas elecciones son Sandra Torres, candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que obtuvo 881,592 votos (15.8%) en la primera vuelta. Este partido surgió con valores socialdemócratas, pero en estas elecciones ha establecido alianzas con los sectores conservadores del país.
El otro aspirante es Bernardo Arévalo, candidato del partido de centro-izquierda Movimiento Semilla, cuyo caudal de votos ascendió a 654,534 (11.7%). En las encuestas divulgadas previo a las elecciones, el candidato Arévalo no aparecía entre los favoritos, causando asombro entre los votantes que haya logrado el segundo lugar en unos comicios donde los partidos de tendencia progresista participaron separados, cada instituto político llevaba a su propio candidato. En consecuencia, Arévalo ha sido víctima de ataques del establecimiento político pues una de sus banderas es el combate a la corrupción y la impunidad.
“Todos nos quedamos en shock”, reconoce Eduardo Estrada, de 63 años, un psicólogo y consejero familiar, originario de la Ciudad de Guatemala, al relatar que los resultados de las elecciones del pasado 25 de junio fueron como un bálsamo para una adolorida comunidad guatemalteca.
La llegada de Arévalo a la segunda vuelta provocó un sismo político. El mismo día que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció que el candidato del Movimiento Semilla enfrentaría a Torres en los comicios del 20 de agosto, un tribunal ordenó la suspensión de la personería jurídica del partido de Arévalo por presunta corrupción, lo que originó una serie de protestas, pesquisas y demandas.
El proceso electoral pudo continuar luego de que la Corte de Constitucionalidad otorgara un amparo provisional al recurso presentado por Semilla; sin embargo, existe el temor de que las fuerzas afines al gobierno retomen la referida orden judicial para suspender al partido de Arévalo.
El día después de los comicios, en la medida que se confirmaban los datos oficiales por parte del TSE, el celular de Estrada vibraba incesantemente. Eran llamadas y mensajes de texto de compatriotas eufóricos que observaban una luz al final del túnel: significa que los guatemaltecos ven con esperanza que Arévalo haya llegado a la segunda vuelta en medio de un ambiente marcado por el rompimiento del Estado de derecho, saqueo de los fondos públicos y una serie de abusos que han ocurrido en los últimos tres gobiernos, desde el mandato de Otto Pérez Molina (2012-2015), quien se encuentra en la cárcel por cargos de corrupción.
“La mayoría de la gente sabe que es necesario ese cambio”, aseguró Estrada, residente en Los Ángeles desde 1984, ciudad a la que llegó como refugiado tratando de salvaguardar su vida de la persecución militar. Antes de dejar su tierra este inmigrante fue dirigente estudiantil. En medio de lágrimas y expresiones de felicidad, Estrada y otros compatriotas se organizaron desde el pasado 26 de junio para invitar a su comunidad a que salga a votar.
En Estados Unidos están inscritos para votar 90,708 guatemaltecos en 15 centros electorales distribuidos en Los Ángeles; Queens, Nueva York; Arlington, VA; Houston; Atlanta y Chicago, entre otros. En la primera vuelta, debido al ausentismo y los problemas originados por el TSE, solamente 1,443 personas pudieron emitir su voto.
Las fallas técnicas y el voto nulo afloraron en la votación presidencial guatemalteca en Los Ángeles
En una votación de poca afluencia los inmigrantes emitieron su boleta para elegir al presidente de Guatemala
El 38.1% de los inmigrantes que participaron votaron nulo. El candidato que recibió el porcentaje más bajo del voto inmigrante fue Manuel Conde, del oficialista partido Vamos (1.3%). Torres obtuvo solamente el 3.9% de los sufragios en Estados Unidos, mientras que los candidatos con mayor respaldo fueron la hija del dictador Efraín Ríos Montt, Zury Ríos (12.1%); Edmond Mulet (11.8%); y Arévalo (11.3%).
“Sandra Torres significa mantener el status quo que tenemos ahorita, Arévalo representa la esperanza que se puede cambiar Guatemala”, manifestó Manuel Pérez, originario del departamento de Petén, preocupado por la corrupción rampante que se ha incrustado en todos los niveles del Estado. “Si tiene la voluntad, el próximo presidente va a crear las bases para romper con la estructura que se ha instalado en Guatemala”, añadió Pérez.
Torres, de 67 años, fue primera dama en el gobierno de su entonces esposo Álvaro Colom (2008-2011). Esta es la tercera vez que llega a la segunda vuelta, en las dos veces anteriores fue derrotada por Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, el actual presidente de Guatemala. Los votantes la ven como parte de la continuidad del sistema actual porque los diputados del partido UNE, dirigido por Torres, han sido aliados de Morales y Giammattei en el Congreso.
Entretanto, Arévalo, de 64 años, es de profesión sociólogo y diplomático. Ha sido viceministro de Relaciones Exteriores y embajador en España. Asimismo, es uno de los fundadores del partido Movimiento Semilla, inscrito legalmente en el 2018. En la actualidad es diputado del Congreso de Guatemala. Es conocido también porque su padre, Juan José Arévalo Bermejo, fue presidente de Guatemala (1945-1951).
“Son varios sentimientos encontrados; por un lado, la preocupación y, por otro, entusiasmo y esperanza”, aseguró Xuana Mulul, inmigrante de origen Maya Kʼicheʼ. Esta mujer, de 50 años, ha estado pasando la voz entre su comunidad en el sur de California para que la gente salga a votar aquí y en Guatemala. “No es que van a cambiar automáticamente las cosas [con el partido Semilla], es un inicio de cambio”, admitió.
Los simpatizantes de Arévalo confían en que el antivoto de Torres les favorezca, dado que en la primera vuelta algunos candidatos que fueron descalificados y otros que no lograron inscribirse en el TSE llamaron a sus bases a votar nulo y ahora esperan que ese voto se incline para Arévalo. A pesar de ese entusiasmo, hay un segmento de los votantes que no apoya a ninguno de los candidatos en contienda.
“Arévalo va a extender la agonía de Guatemala y en un año vas a ver a la gente protestando en contra de él”, sostiene Mario Ávila, activista simpatizante del izquierdista Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), partido que llevaba de candidata presidencial a la líder indígena Thelma Cabrera, que fue bloqueada por las autoridades electorales. “La gente tiene la expectativa que todo va a cambiar, pero no es cierto porque hay intereses muy profundos de la oligarquía del país”.
Entre los inmigrantes, en diferentes sectores reconocen que hay un entusiasmo desmesurado con la posibilidad de que Arévalo se imponga en las elecciones, pero no todos tiran las campanas al vuelo.
A juicio de Julio Villaseñor, líder guatemalteco en L.A, lo que se avecina en su tierra natal es el inicio de una convulsión social. El activista explica que ese detonante sería el proceso de cancelación que enfrenta el partido Movimiento Semilla, una causa penal emprendida por la Fiscalía Especial contra la Impunidad, dirigida por Rafael Curruchiche, funcionario que fue sancionado por Estados Unidos por obstruir investigaciones en casos de corrupción. Este proceso judicial está relacionado a denuncias de irregularidades en la afiliación de militantes del partido.
“Hay muchos entusiasmados, quieren que venga un Mesías a cambiar las cosas. Si llega a ganar Semilla y lo anulan como partido, entonces un fosforito es lo que va a faltar en la calle para que se enciendan esas masas y va a haber una catástrofe tremenda en Guatemala”, valoró Villaseñor.
Esto se trata de una jugada política. El proceso de cancelación sigue su rumbo y probablemente no se haga efectivo antes de esta segunda vuelta, sino que estratégicamente se está guardando esa carta para que se termine de materializar después del 20 de agosto, pensando en un escenario donde el Movimiento Semilla pudiera ser el ganador
— Renzo Rosal, politólogo y profesor universitario guatemalteco
El establecimiento político sacó de la contienda a Thelma Cabrera (MLP), Roberto Arzú (Podemos) y Carlos Pineda (Prosperidad Ciudadana), tres candidatos que tenían posibilidades de llegar a la segunda vuelta. Cabrera fue bloqueada porque el candidato a la vicepresidencia que le acompañaba carecía de un documento rutinario para ser inscrito; entretanto, a Arzú le anularon su candidatura por considerar que realizó campaña anticipada y Pineda fue suspendido por supuestas violaciones de la ley electoral.
Entretanto, la apuesta del sistema, conocido como “Pacto de Corruptos”, era colocar a dos candidatos que defienden el status quo, siendo Zury Ríos (Valor Unionista), Sandra Torres (UNE) y Manuel Conde (Vamos), los que más se identifican con el actual gobierno y sus aliados.
En ese sentido, la causa penal en contra del partido Movimiento Semilla es vista por algunos observadores como un mecanismo de los grupos de poder para imponer a su candidata: Sandra Torres.
“Esto se trata de una jugada política”, sentencia Renzo Rosal, politólogo y profesor universitario en la Ciudad de Guatemala. “El proceso de cancelación sigue su rumbo y probablemente no se haga efectivo antes de esta segunda vuelta, sino que estratégicamente se está guardando esa carta para que se termine de materializar después del 20 de agosto, pensando en un escenario donde el Movimiento Semilla pudiera ser el ganador”, detalló el académico.
El escenario en todo caso, sea Torres o Arévalo el ganador, se vislumbra complejo.
Alicia Ivonne Estrada, profesora de Estudios Chicanos en la Universidad Estatal de California, Northridge (CSUN), considera que las personas que votaron nulo en la primera vuelta van a inclinarse por Arévalo en los comicios de este 20 de agosto. “La gente hace mucho tiempo ha querido ese cambio”, dijo la académica especializada en la política guatemalteca.
Los votantes guatemaltecos hartos del crimen y la corrupción, incluidos miles que viven en los Estados Unidos, elegirán a uno de los 22 candidatos presidenciales, además de los miembros del Congreso
La experta sostiene que si gana Arévalo solamente cuenta con 23 diputados en el Congreso, lo que hará el camino cuesta arriba para aprobar leyes o promulgar políticas. Sin embargo, lo más preocupante en este momento es lo que pueda suceder el día de las elecciones.
“Los guatemaltecos saben que no se puede confiar en el sistema; hay mucho miedo de que estas elecciones sean robadas, hay toda una cacería en contra del Movimiento Semilla”, valoró Estrada. “Arévalo no solamente tiene que sacar a los corruptos que están dentro del gobierno, luego tiene que reconstruir lo que por años [los gobernantes] han estado destruyendo”, analizó la investigadora.
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