Almodóvar y Lubezki son los hispanos más visibles en el nuevo Museo de la Academia
El Museo de la Academia de Hollywood (conocido simplemente como Academy Museum) acaba de abrir sus puertas, y como suele suceder con las instituciones que pretenden hacer un compendio de una disciplina artística específica, es de esperar que se hayan hecho escuchar ya diversas voces de insatisfacción relacionadas a las supuestas limitaciones de lo que ofrece.
No hay que extrañarse por ello, claro, ya que la misma institución que ha creado este vistoso centro cultural se ha visto sometida a toda clase de cuestionamientos en sus 94 años de existencia, vinculados -entre otros aspectos- a su favoritismo por la gran industria hollywoodense, sus inclinaciones hacia el cine más comercial y, por supuesto, su falta de visión histórica para reconocer a tiempo los avances de las minorías en los trabajos que nomina y que premia.
El Museo de la Academia de Imágenes en Movimiento celebró una conferencia de prensa el martes y los medios recorrieron las galerías terminadas.
Pero la Academia ha ido cambiando, y esos mismos cambios se plasman definitivamente de diversas maneras en el flamante inmueble ubicado en el cruce de Wilshire y Fairfax, que podría y debería mejorar con el paso del tiempo, pero que está lejos de ignorar los aportes de las comunidades no anglosajonas al quehacer cinematográfico mundial, aunque mantenga la mirada firmemente puesta en lo que se ha difundido y se ha hecho conocido dentro de los Estados Unidos (porque sabíamos de antemano que este no iba a ser un museo ‘indie’ o algo así, ¿verdad?).
En el caso de los afroamericanos, las galerías de las que se dispone hasta el momento ofrecen varias muestras de aprecio, empezando por la atractiva sala dedicada al legendario cineasta Spike Lee y siguiendo por las menciones a Black Lives Matter que se realizan no solo en un corredor orientado hacia los largometrajes documentales con temática social, sino también en un logrado documental inédito que se puede ver al final del mismo recorrido y que no debería pasar desapercibido.
La buena mano española
Pero la cultura latina (que es naturalmente nuestro centro de atención) no pasa tampoco desapercibida. Por ese lado, lo que más destaca e impresiona es una instalación permanente que está dedica a Pedro Almodóvar y que fue diseñada por él mismo, lo que resulta sin duda un detalle de consideración.
Sin tener la amplitud de la espectacular exhibición temporal del aclamado director japonés de animación Hayao Miyazaki (que será luego reemplazada por una sobre el cine afroamericano), la del director español refleja de manera notable su personalidad artística al recurrir, en primer lugar, a una estética colorida que remite de inmediato a la de sus películas, y ya en su recorrido, a la creativa implementación de seis pantallas gigantes que se dividen en temas con el fin de ofrecer un valioso muestrario de las escenas más llamativas en la filmografía del manchego, presentadas en excelente resolución y con el agregado correspondiente de los audios originales gracias a la ubicación estratégica de proyectores y parlantes en varias parte del techo.
De ese modo, se puede apreciar allí cerca de una hora de fragmentos sobresaliente de películas como “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “Átame”, “Los abrazos rotos”, ““Hable con ella”, “Carne trémula”, “Dolor y gloria”, “La flor de mi secreto”, “Tacones lejanos”, “Kika” y “La mala educación” (lo que le da cabida al actor mexicano Gael García Bernal), plasmados sin censura y con una generosidad por las escenas de desnudos que hacen que se trate de una muestra de orientación adulta.
Alfonso Cuarón y Emmanuel “Chivo” Lubezki formarán parte de los actos previos a la inauguración del Museo de la Academia de Hollywood, que, entre otros eventos virtuales, ha planeado uno dedicado por completo a la joya mexicana “Y tu mamá también” (2001).
El mexicano de las imágenes
La reciente “avanzada mexicana” en Hollywood, protagonizada por Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, se encuentra mucho menos presente, pero no carece de representación, ya que está principalmente respaldada por el espacio razonable que se le brinda no a uno de estos cineastas, sino al aclamado director de fotografía Emmanuel Lubezki, cuyas colaboraciones con Iñárritu y Cuarón fueron justamente responsables de los tres Premios de la Academia que el oriundo de CDMX recibió de manera consecutiva.
Alrededor de una foto a gran escala en la que aparece Lubezki en medio de la filmación de “The Revenant”, se desenvuelve una muestra de su obra completa que incluye retratos tomados por él mismo con la comunidad local de la locación donde se hizo el filme; un panel con imágenes y descripciones de las cintas en las que ha trabajado, donde se infiltra también la espectacular instalación de realidad virtual “Carne y arena” (que desarrolló con Iñárritu y que se pudo ver en el LACMA); y un muro donde se ven largas secuencias de algunas de sus películas, coronado por el memorable plano secuencia de “Children of Men” en el que participó Juliane Moore.
Bruce, el tiburón de fibra de vidrio hecho con el molde de “Jaws”, está listo para su close-up
Resulta también significativo encontrarse con un recinto entero dedicado a la recordada película “Real Women Have Curves”, sobre todo porque su presencia constituye un saludable reconocimiento a la comunidad mexicoamericana, debido a que, a pesar de haber sido dirigida por una colombiana (Patricia Cardoso), la cinta surgió directamente del montaje teatral creado por la escritora chicana Josefina López; contó con un papel protagónico de la legendaria descendiente de aztecas Lupe Ontiveros; y, por supuesto, se desarrolló mayormente en locaciones reales del Sur de California que suelen ser habitadas por latinos.
Por ese lado, el área, encabezada por una estupenda fotografía de Ferrera y Ontiveros, incluye varias imágenes adicionales frente y detrás de las cámaras; una entrevista en video y en español con Cardoso, debidamente subtitulada; esquemas del diseño de producción que llevó a la edificación de la fábrica textil donde transcurre la mayor parte de la historia; y un mapa enorme de Boyle Heights sobre el que se superponen fotos de los lugares de dicho barrio que se emplearon en el rodaje, entre ellos el emblemático Self Help Graphics & Art.
Disfraces y detalles
Visualmente, en lo que respecta a los objetos presenciales, no podemos dejar de lado la incorporación en la enorme sala de vestuarios originales de uno de los vestidos lucidos por la actriz mexicana Salma Hayek en “Frida”, así como la inclusión en la vasta y maravillosa sala de efectos visuales del traje prostético empleado por el actor Doug Jones en “The Shape of Water” (que fue dirigida por Del Toro).
Fuera de lo descrito, la presencia hispana se muestra con simples pinceladas en otras partes del recorrido. El área de “Stories of Cinema”, que se divide en tres pisos y está compuesta por grandes pantallas con escenas célebres en la historia del cine, incluye imágenes de “Y tu mamá también”, “El laberinto del fauno”, “Roma”, “Ixcanul”, “Real Women Have Curves” y “Selena”, por lo que pudimos ver; la sala en la que se exhiben varios de los Oscares reales tiene el que recibió Cuarón como Mejor Director en el 2013 gracias a “Gravity”; el segmento dedicado a los ‘storyboards’ contiene páginas originales del guion y de los dibujos hechos por el director mexicoamericano Gregory Nava para planificar las tomas del clásico sobre la inmigración indocumentada “El Norte”; y la sección ya citada de documentales sociales tiene menciones escritas y visuales a “Dolores” -el trabajo de 2017 sobre la incansable activista mexicoamericana Dolores Huerta-, mientras que el documental también mencionado con el que se cierra ese espacio cuenta con intervenciones (de archivo o nuevas) de la misma Huerta, César Chávez, Luis Valdez y Eva Longoria.
Todo lo señalado demuestra que los hispanos no han sido simplemente dejados de lado en este importante y muy publicitado recinto, que anhela convertirse en punto de encuentro ineludible para los amantes del cine que vivan en esta parte del mundo o que lleguen en calidad de visitantes. Pero queda mucho por hacer, como la implementación de una vasta exhibición de cine latinoamericano que podría tomar lugar en el área construida para las muestras temporales.
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