Zapatillas deportivas exclusivas, conexiones, bots: un escándalo con todos los ingredientes - Los Angeles Times
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Zapatillas deportivas exclusivas, conexiones, bots: un escándalo con todos los ingredientes

Nike sneakers
La relación de Nike Inc. con los seguidores de sus zapatillas deportivas se vio afectada debido a una controversia que involucró a una alta ejecutiva y su hijo revendedor. Aquí, una pequeña parte del tesoro de un coleccionista.
(Gary Coronado / Los Angeles Times)

Una alta ejecutiva de Nike y su hijo revendedor de calzado se enfrentan a la ira de los fanáticos de las zapatos deportivos, que creen que el juego de las zapatillas está amañado en su contra.

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A los fans del calzado deportivo les gusta quejarse del modelo que se les escapó. De que las aplicaciones y sitios web de caza de zapatillas deportivas no permiten ganar los concursos o encontrar lo que buscan a precios asequibles. También sobre cómo los revendedores manipulan el sistema mediante bots y conexiones.

Ahora, un escándalo que involucra a una ejecutiva de Nike y a su hijo revendedor sacude el mundo del calzado deportivo y pone de relieve las peores sospechas sobre un mercado en auge en el que las zapatillas se pueden negociar como acciones. Para los coleccionistas, esto es más que hacer una montaña de un grano de arena -o de una caja de zapatos, en este caso-.

“Hay mucho fraude. Hay falta de transparencia”, destacó el aficionado al calzado Chad Jones, quien el año pasado fundó el mercado de revendedores Another Lane, junto con su esposa, Adena. El dúo quería un lugar que honrara el papel de los consumidores negros en la popularización de la cultura de estos fans (conocidos popularmente en inglés como sneakerheads), al tiempo que examinara la legitimidad del vendedor y la autenticidad del calzado.

La última controversia surgió de un perfil hecho por Bloomberg Businessweek acerca de un nativo de Oregón de 19 años llamado Joe Hebert, que ganaba $20.000 o más al mes revendiendo zapatillas deportivas en línea.

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La historia, que se publicó en línea el 25 de febrero pasado, detallaba cómo Hebert compraba zapatillas usando bots para que hicieran las ofertas por él, incluso en la aplicación SNKRS, de Nike Inc, donde esa compañía lanza sus nuevos productos. Los pagos se realizaban a través de una tarjeta American Express en poder de su madre, Ann Hebert, vicepresidenta y gerente general de operaciones en América del Norte para Nike, encargada de supervisar las ventas, el marketing y la comercialización de la firma.

Nike inicialmente afirmó que Hebert había revelado el negocio de su hijo según lo requerido y que éste no violaba ninguna regla de la compañía. Joe Hebert aseguró a Bloomberg que su madre no estaba involucrada en su negocio y no le daba códigos de descuento.

Pero, con dudas respecto de una posible información privilegiada y ciertas cuestiones tecnológicas, Ann Hebert pronto renunció después de más de 25 años de trabajo para el gigante del calzado.

El presidente ejecutivo de Nike, John Donahoe, aseguró el 8 de marzo pasado a los empleados durante una videoconferencia que la firma tomaba la controversia muy en serio.

“No hay valor más fundamental para quiénes somos que la confianza que nuestros consumidores depositan en nosotros, nuestra marca y nuestros productos”, expresó Donahoe, según el sitio web de cultura pop Complex. “Y el fondo de la cuestión es que este incidente generó preguntas en algunos de nuestros consumidores sobre si pueden confiar en nosotros, especialmente en lo que respecta al lanzamiento de productos”.

Este no fue el primer escándalo del mercado, ni siquiera en lo que va de año. Una colaboración, en febrero pasado, entre Air Jordan 1, de Nike, y Trophy Room, un minorista propiedad de Marcus, hijo del gran basquetbolista Michael Jordan, tuvo un debut particularmente desordenado: algunos zapatos aparecieron en las redes sociales antes de la fecha oficial de lanzamiento. Sneakerheads habló de favoritismo y especulación; Marcus Jordan culpó de las filtraciones al centro de distribución.

En los últimos años, el calzado deportivo se convirtió en una clase de activo, como las acciones, los bonos y las criptomonedas, y se estableció un mercado de miles de millones de dólares en todo el mundo, que ahora opera en una variedad de plataformas de revendedores, como StockX, GOAT, Flight Club y Stadium Goods, entre las más conocidas.

A los mercados les gusta promover sus extensos procesos de autenticación para que los compradores sepan que los artículos que adquieren son reales.

Pero esos esfuerzos no se centran en cómo los vendedores adquirieron los zapatos, y eso es lo que está inquietando a los fanáticos de las zapatillas deportivas, que sienten que no se les da una oportunidad justa para comprar productos recién lanzados.

“Esto me da ganas de salir del juego de comprar zapatos”, publicó un comentarista en una entrevista de YouTube con Joe Hebert en su nuevo depósito, rodeado de suficientes zapatillas deportivas como para abastecer varias tiendas. Otro escribió: “Este hombre es la razón por la que no consigues tus zapatillas cuando las quieres”.

Sneaker with man in background
Manny Cruz muestra un par de su colección de zapatos deportivos.
(Gary Coronado / Los Angeles Times)

Un veterano aficionado a los zapatos deportivos, Manny Cruz, afirmó que el campo se llenó de grandes gastadores, que solo lo hacen por el dinero. Las rebajas de Nike y otros minoristas se han convertido en una broma, consideró Cruz, un residente de Paramount de 38 años que trabaja como distribuidor mayorista de autopartes. “No puedes poner el zapato elegido en tu carrito de compras o no logras acceder a la pantalla de pago. Puedes estar sentado allí, atrapado frente a la pantalla durante una hora. Mientras tanto, el producto se agota. Es una pérdida de tiempo”, detalló.

La controversia es esperable en cualquier mercado joven que experimente un rápido crecimiento y cambios fuertes. El negocio de las zapatillas deportivas tiene mucho de ambos y evoca el auge de la vivienda anterior a la crisis de 2008, cuando los especuladores que compraban y vendían casas ayudaron a elevar los precios.

Con los pedidos de permanecer en casa durante la pandemia, las ventas de calzado deportivo cayeron en marzo de 2020 a los peores resultados mensuales registrados, comentó Matt Powell, vicepresidente sénior de deportes de la compañía de investigación de mercado NPD Group. Pero en junio, las ventas se recuperaron al mejor mes de la historia, expresó, y aumentaron un 25% respecto del año anterior.

Eso se debe a que las personas que no habían perdido sus trabajos, liberadas de los costos de transporte y entretenimiento, tenían más ingresos disponibles y, en abril, además, recibieron el primero de los cheques de estímulo por el coronavirus. Mientras tanto, nuevos revendedores que buscaban una actividad lateral inundaron el mercado, añadió Powell. “No tienen ninguna lealtad a la marca. No tienen lealtad a la celebridad o al atleta. Es simplemente una oportunidad de insertarse en este mercado. Eso hizo que el precio de los zapatos deportivos suba para el coleccionista y el verdadero fan”, destacó.

Para ganar nuevos productos de moda, algunos revendedores recurrieron a soluciones automatizadas, que pueden costar entre cientos y miles de dólares. Ese costo adicional solo hace más probable que los usuarios de bots se esfuercen por obtener precios aún más altos en sus zapatos. “Para saltar al frente de la línea y comprar zapatillas de edición limitada, es fácil adquirir cualquiera de los bots disponibles en sitios web como aiobots.com, hypebots.com u anothernikebot.com”, según el informe Bad Bots de la firma de ciberseguridad Imperva.

El CEO de Nike, Donahoe, después de anunciar la reorganización de la gestión relacionada con Hebert, lo reconoció al expresar: “Hemos estado trabajando en tecnología anti-bot durante los últimos años. Eso es parte de la solución, pero debemos redoblar nuestros esfuerzos”.

Adena Jones, directora ejecutiva de Another Lane, afirmó que ella y su esposo recaudaron $160.000 para lanzar el sitio de ventas en abril pasado, con miras a restaurar la cultura sneakerheads de la vieja escuela, donde las personas -y no los bots- venden zapatos a otros individuos -no a otros bots-.

Another Lane enfatiza tanto en investigar a los usuarios a quienes les permite usar la plataforma como en autenticar los zapatos que se comercializan en ella. “Examinamos a nuestros miembros, así nadie es anónimo. Su nombre está relacionado con el producto”, remarcó Adena Jones, de 35 años. “Y si vendes un producto falso o dañado -para empezar, eso probablemente no ocurriría en nuestra plataforma-, pero en todo caso serías vetado”.

Chad Jones, el director de operaciones de Another Lane, de 42 años, agregó con cierto desdén en su voz: “¿Sabes cómo combates a alguien que crees que está obteniendo demasiados pares de zapatillas solo para revenderlas en muy poco tiempo? No le compras. Es así de simple. Y luego, cuando se queda con un producto por valor de $100.000 y no puede pagar la factura de la tarjeta de crédito de su mamá, entonces sale del mercado”.

Mark Ruszecki, que tiene una colección de 500 pares, ha sido un aficionado a los zapatos deportivos desde finales de la década de 1990, cuando solía reunirse con tipos conocidos -en quienes confiaba- en un parque local y compraba, vendía o intercambiaba. “Se trataba de a quién conocías, y del contexto y las conexiones”, comentó Ruszecki, de 42 años, abogado de lesiones personales de Los Ángeles y socio del bufete de abogados Javaherian & Ruszecki.

El legista siente desilusión con los lanzamientos virtuales de zapatillas deportivas. “Estableces una notificación para las 7 a.m. a fin de intentar conseguir un modelo. Asumes que hay una computadora maestra ahí atrás que lo está resolviendo todo, pero no sé lo que están haciendo. Luego, casi de inmediato, aparece una ventana emergente que dice que no has llegado a tiempo. Es frustrante.

“Personalmente, no voy a ser parte de eso. No necesito el zapato deportivo más nuevo y de moda. No tengo 17 años y no estoy en TikTok. Solo voy a comprar los modelos más antiguos que siempre quise, sin tanta exageración”.

Otros dicen que no se trata solo de que los robots abusan del sistema de caída de zapatos; es la falta de transparencia en el funcionamiento de las aplicaciones.

“Este es otro evento de varios por los que la gran comunidad de zapatillas realmente no confía en la aplicación Nike SNKRS”, expresó Robert Mulokwa, fundador y propietario de KickPredict.co, una plataforma internacional donde las personas interesadas en el mercado de inversión de calzado deportivo pueden apostar si los modelos populares subirán o bajarán de precio. “Es un gran problema en este sentido: Nike necesita ser más transparente sobre cómo premia a quién gana y quién no en la aplicación SNKRS”, añadió. “Nadie sabe cómo o qué sucede, y eso es algo continuo”.

Comunicarse con los consumidores es la clave, según la consultora Margot Bloomstein, autora de “Trustworthy: How the Smartest Brands Beat Cynicism and Bridge the Trust Gap” (Confiable: Cómo las marcas más inteligentes superan el cinismo y cierran la brecha de confianza).

“Podemos culpar a la tecnología, pero más allá de solo reconocer un problema, Nike y otras marcas deberían explicar qué está sucediendo con sus aplicaciones de concursos y lanzamientos, y ofrecer muchos más detalles para que los usuarios puedan entenderlos y sentirse empoderados por esa información”, destacó Bloomstein. “Además, deben demostrar responsabilidad y explicar exactamente qué harán para que esto no se repita en el futuro”.

Para leer esta nota en inglés,haga clic aquí.

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