La pandemia e Instagram levantaron a hondureña que causa sensación con diseños de aretes y collares
Los Ángeles — Los días grises, cuando empezaba su negocio y las críticas arreciaban, han quedado atrás para Sary Molina, pero cuando alguien le quiere restar mérito, ella saca a relucir sus logros para no dejarse intimidar, porque está convencida que va en el camino correcto.
Molina, de 49 años, confecciona aretes, collares, pulseras, brazaletes y cinturones elaborados de materiales que en su mayoría importa de su natal Honduras como son cristales, perlas, piedra de ágata y jade, entre otros, que han llamado la atención de figuras de la televisión local.
“Este es mi sueño, quiero verlo más grande y llegar a muchísimas mujeres; y sentar un precedente de que los sueños se cumplen con mucho trabajo”, sostiene la diseñadora rodeada de una variedad de accesorios que vende a través de las redes sociales, en un negocio que recibió un fuerte impulso con la llegada de la pandemia.
José Zelaya, el único diseñador y animador digital salvadoreño de Disney Television Animation, de niño soñaba con “trabajar para Mickey Mouse”.
Esta emprendora utiliza la técnica del tejido y alambrismo que aprendió hace más de dos décadas en su natal Siguatepeque, en el departamento de Comayagua. Entretanto, en Los Ángeles recibió entrenamiento para dominar la orfebrería, lo que le ha permitido ampliar la oferta de accesorios.
“Lo aprendí de niña, hacía pulseritas”, aseguró sobre sus inicios de forma autodidacta.
Las primeras pulseras las hizo cuando tenía alrededor de 8 años de edad. Eran elaboradas de alambre y perlas, también utilizaba hilo y bolitas de plástico.
Más tarde, a la edad de 20 años, recuerda que cuando laboraba en la alcaldía de su localidad a veces portaba accesorios que había confeccionado para combinar con sus trajes que llevaba al trabajo. Pero para su sorpresa, les llamaba la atención a otras empleadas y a las esposas de políticos.
Aquí también se le ha comenzado a correr la voz entre otras mujeres, incluso empresarias y algunas figuras de la televisión como Michelle Trujillo (Telemundo 52), Nitzia Chama (Univision) y María Paula Ochoa (Noticias Telemundo), son algunas de sus clientes frecuentes.
“Ver que esas personas son figuras y un ejemplo, se toman el tiempo de escribirme [para comprarme], entonces digo que vale la pena el camino que estoy recorriendo, aunque a veces hay muchas lágrimas”, confesó Molina, detallando que eso le sirve de automotivación.
En junio de 2019 registró el negocio bajo el nombre de Sary Molina Jewelry Designer, aunque los primeros pininos los dio en el 2017, cuando trabajaba a medio tiempo para una clínica y al menos cuatro horas durante la tarde las ocupaba en esta iniciativa que estaba germinando.
Al principio, cuando intentaba vender sus accesorios asegura que recibía como balde de agua fría los comentarios de personas que en vez de apoyarla la desanimaban.
“¿Por qué sigues en eso?”, le decían.
“Mejor vete a un McDonald’s”, le sugerían.
A pesar de que esas expresiones eran un golpe a la lucha por su sueño, sacaba fuerza de flaqueza para seguir.
Con el apoyo de su esposo, en el 2018 se dedicó a tiempo completo a este proyecto. Pero fue hasta en el 2019 cuando las ventas comenzaron a brotar. En ese año contabilizó $7 mil de ingresos.
La llegada del COVID, sin embargo, fue un parteaguas. En el 2020 vendió casi $30 mil y en el 2021 fueron $29 mil, ingresos que le han servido para invirtir en materiales y la meta ahora es abrir su propio local, en donde pueda incluir otros servicios para las mujeres.
“Cuando se vino la pandemia solo un día vendí $2 mil 500, todo en línea”, reveló, detallando que ella utilizó una campaña de mercadeo en la que apeló a los sentimientos y los regalos para unir a las familias en medio de la cuarentena.
“Traté de tocar los sentimientos de las personas, les decía que aunque estábamos separados, un detalle nos podía unir a ese ser querido, haciéndole llegar un presente”, aseguró.
En ese momento, utilizaba la plataforma Etsy para ofrecer sus productos. En la actualidad, tiene una cuenta con Ecwid y ahora está preparándose para vender en Shopify. Sin embargo, en el 2021 sostiene que el 43% de sus clientes llegaron por medio de Instagram.
“En el 2021 solamente por Instagram hice $12 mil 500”, reconoció.
Al identificar las fuentes de sus ingresos, comenzó a aprender más sobre el uso de las redes sociales. Ahora tiene un equipo de luces, trabaja fotos y videos de forma cuidadosa para su cuenta en Instagram para alcanzar a las mujeres que compran por ese medio.
“Yo no sabía nada de redes sociales”, dijo con sinceridad, detallando que ha buscado cursos y entrenamientos en mercadeo digital, finanzas e imagen, los cuales ha recibido de diferentes expertas que ayudan a empoderar a mujeres que incursionan en el mundo de los negocios.
Por lo general, esta emprendedora trabaja cinco horas diarias en sus piezas, cuyos precios oscilan entre los $28 y $55, en las cuales utiliza bronce bañado en oro. Asimismo, Molina sostiene que algunos accesorios toman hasta 8 horas en su elaboración, los cuales son diseños originales.
“Los accesorios que llevan diseño los voy viendo detalladamente. Los dejo un ratito, voy a caminar, hago el ejercicio de los ojos que me ha recomendado el médico y vuelvo otro ratito”, dijo.
Antes trabajaba hasta 9 horas en cada jornada o más tiempo en su taller, pero desde que le detectaron glaucoma en sus ojos, la jornada dura menos.
Los accesorios son llamativos, tienen mucho color, son diseños que no se encuentran en las tiendas, todos son hechos a mano, son elaborados con bronce bañado en oro
— Sary Molina, diseñadora de aretes, collares y brazaletes
De acuerdo a la emprendedora, si una persona desea establecer un negocio le aconseja “que se aviente, no tenga miedo”, pero antes hay que asesorarse, preguntar y elaborar un plan, algo que ella ha obtenido a través de diferentes organizaciones que a la fecha la siguen apoyando.
Molina considera que no hay un solo factor que determina el éxito de su negocio, piensa que son muchos. Con base en lo que dicen sus clientas, llega a la conclusión que la mayor fortaleza está en la calidad de las piezas que elabora y lo singular que son cada uno de los accesorios.
“Los accesorios son llamativos, tienen mucho color, son diseños que no se encuentran en las tiendas, todos son hechos a mano, son elaborados con bronce bañado en oro”, enumeró.
Al perder sus empleos, Silvia Navas y Elba Argueta encontraron un trampolín para hacer fluir sus habilidades y crear su propio negocio de postres.
Al ver que su negocio va comenzando a extender las alas, solo tiene palabras de gratitud para las mujeres que visitan su cuenta en Instagram y compran una o varias de las piezas, las cuales son elaboradas en cantidades limitadas.
“Una venta significa la gloria, un espaldarazo; saber que lo prefieren a uno en vez de ir a grandes empresas es motivante y eso ayuda a seguir soñando”, concluyó Molina.
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