La diáspora hondureña en EE.UU mira a Xiomara Castro como el ‘cambio’ y la ‘esperanza’
Los Ángeles — La figura política de Xiomara Castro viene a ser un parteaguas en Honduras, nación que por primera vez tendrá a una mujer presidenta y, al mismo tiempo, porque los dos partidos tradicionales que han retenido el poder por décadas salieron derrotados en las urnas y ahora pasarán a la oposición.
La diáspora hondureña celebró el inminente triunfo de Castro, quien según el Consejo Nacional Electoral (CNE) es la que encabeza el conteo de votos, lo que ha generado que adversarios políticos y diversos sectores le tiendan la mano a quien sería la primera presidenta, algo histórico en esta nación centroamericana.
“Estoy contenta por el pueblo de Honduras, ellos pedían el cambio porque en 8 años el presidente Juan Orlando Hernández (JOH) no hizo nada, fueron 8 años de corrupción”, señaló Cecilia Rodríguez, presidenta de la Alianza Hondureña de Los Ángeles (AHLA), originaria de Choluteca.
Juan Francisco Sandoval salió de Guatemala por temor a perder la vida. El exfiscal fue removido después encontrar indicios de corrupción de personas cercanas al presidente de la República
En el escrutinio preliminar, de acuerdo al CNE, después de procesarse 1.8 millones de votos, es decir el 51.45% de las actas, Castro acumula 961.694 votos a favor (53.61%), eso representa cerca de 20 puntos de diferencia del candidato oficialista que se postulaba por el Partido Nacional.
A juicio de Lizette Hawit, presidenta del Partido Nacional en Estados Unidos, solo es cuestión de horas para que el CNE oficialice a Castro como la primera mujer que asuma el cargo de jefa de Estado en sustitución de JOH, quien a su criterio fue el culpable de la debacle sufrida el domingo.
“Es un orgullo que una mujer llegue al poder”, reconoció la oriunda de El Progreso, que entre el 2010 y 2014 fue cónsul general en Miami (Florida).
Hawit, sin embargo, afirma que le preocupa los ideales de la presidenta electa, pues Castro representa a una coalición de izquierda que lideró el Partido Libertad y Refundación (LIBRE). Para la exdiplomática el mejor aspirante era Nasry Asfura, alcalde de Tegucigalpa y candidato por el Partido Nacional.
“Ese voto de castigo es para JOH y desgraciadamente el candidato en quien teníamos tanta esperanza es el que pagó lo que el otro hizo”, aseguró.
En el conteo de votos, Asfura se ubica en el segundo lugar con 607.492 sufragios (33.87%) y, en tercer lugar se coloca Yani Rosenthal, candidato del Partido Liberal, con 165.255 (9.21%).
“Esperamos que haga un buen gobierno, si es lo mejor para los hondureños, hay que aceptarlo”, apuntó Hewit, residente en Miami, dándole el beneficio de la duda a la candidata que lidera el escrutinio.
Castro, de 62 años, es originaria de Santa Bárbara. Es esposa de Manuel “Mel” Zelaya, quien fue presidente de Honduras, entre enero de 2006 y junio de 2009, en representación del Partido Liberal. Zelaya salió del poder producto de un golpe de Estado.
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A criterio de Porfirio Quintano, miembro del comité coordinador de la Diáspora Hondureña Internacional, ese golpe “agudizó la crisis en Honduras, es decir que el país fue penetrado por las mafias del narcotráfico” y luego desapareció la independencia de poderes.
“El pueblo se cansó de la corrupción y la impunidad, y hoy contra todo pronóstico se demostró que el pueblo quiere un cambio”, señaló el oriundo de Intibucá.
En principio, dijo el activista, se espera que el nuevo gobierno combata las causas de la migración y que se atienda las necesidades que enfrentan sus connacionales que viven en Estados Unidos; por esa razón, van a elaborar propuestas y darán seguimiento a las promesas hechas por la presidenta electa.
“Para lograr las promesas de campaña tiene que haber organización y un seguimiento; si no hay un seguimiento esto se vuelve promesas vacías y se puede convertir en un populismo, por eso la comunidad inmigrante tenemos que organizarnos y hacer propuestas”, aseguró Quintano.
Desde que Zelaya salió del poder, los gobernantes han sido del Partido Nacional. De forma interina, estuvo en la presidencia Roberto Micheletti (Partido Liberal), luego fue electo Porfirio Lobo y JOH, éste último gobernó dos períodos, cuya elección para su segundo mandato se ha señalado que hubo fraude.
Han pasado 12 años para que Castro rompa con el control impuesto por el Partido Nacional, el cual en el pasado alternaba con el Partido Liberal quien era el presidente del turno.
Eulalia Chávez Huinac, originaria de Quetzaltenango, se coloca con hieleras y termos a vender sus productos en una acera del vecindario Westlake
La presidenta electa es licenciada en Administración de Empresas, pero su mayor reconocimiento lo ha logrado por la movilización política que realizó para que su esposo retornara a Honduras, después del golpe de Estado del 2009.
De acuerdo a Suyapa Portillo, historiadora hondureña y profesora de Pitzer College, la elección de Castro dará un giro a la forma de hacer política en esa nación porque ella tiene liderazgo y su plataforma de trabajo está centrada en los sectores marginados que han sufrido los desplazamientos forzados.
“No solo es un cambio de política, sino también de cómo el pueblo puede organizar su propio cambio”, valoró la académica.
La experta considera que Castro es una aliada de los movimientos que defienden los derechos de la mujer, de los trabajadores y las comunidades afrocaribeñas que luchan contra los grupos de poder que los han expulsado de sus tierras en la costa atlántica.
“La ley y la Constitución ha sido violada”, dijo Portillo.
“Ella está llamando al diálogo y la consulta popular para refundar una nueva Honduras”, agregó.
José Zelaya, el único diseñador y animador digital salvadoreño de Disney Television Animation, de niño soñaba con “trabajar para Mickey Mouse”.
El camino, sin embargo, no será fácil. Esta nación enfrenta graves problemas como pobreza, corrupción, violencia y narcotráfico, por lo que muchas familias optan por migrar como se ha visto en las caravanas que han salido desde Honduras desde finales de 2018.
Portillo considera que la población hondureña tiene esperanza y por eso salió a votar masivamente, en su mayoría jóvenes.
“El 62% del electorado censado salió a votar, estamos hablando de más de 3.7 millones de personas, la mayoría son jóvenes menores de 30 años. Este es el futuro, quieren cambiar la nación, hay mucha esperanza ahí, porque no todos quieren abandonar el país”, indicó la historiadora.
Hasta el cierre de este reportaje el CNE todavía no había declarado oficialmente a un ganador y las cifras de actas procesadas seguían igual.
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