A pesar de compartir la fe, la apertura de santuarios separó a los pastores latinos de los anglosajones
Los Ángeles — Bajo el amparo de la Constitución y haciendo eco de la postura del Departamento de Justicia, más de mil pastores anglosajones de California proyectan tener servicios en sus santuarios el próximo 31 de mayo desafiando al gobierno estatal; sin embargo, la mayoría de los pastores latinos divergen de esa decisión.
Al ser entrevistados por Los Angeles Times en Español, líderes religiosos latinos coinciden en la necesidad de estar en comunión con los feligreses, pero en su mayoría consideran que van a esperar a que el gobernador Gavin Newsom les dé luz verde, aunque algunos no acepten la restricción vigente.
“Esperaríamos a ver cuál va a ser la reacción del gobierno después de un primer domingo (con las iglesias abiertas), no queremos estar peleados con el gobierno”, manifestó Carlos Díaz, pastor de la iglesia Tabernáculo Los Ángeles, quien tiene unos 400 miembros en el sur centro de la ciudad.
“Si con los anglosajones son fuertes, con nosotros pueden ser más fuertes”, valoró Díaz, quien está preparándose con los protocolos de seguridad e información, para manejar la apertura de los servicios cuando Newsom levante la restricción que se implementó el pasado 19 de marzo.
La mayor parte de las iglesias en California tuvo su último servicio dominical el 8 de marzo anterior; en la medida que las restricciones locales y de condado se fueron ampliando, los líderes religiosos tuvieron que moverse a Facebook, algo que vienen haciendo desde el 15 de marzo.
La unificación de las medidas, en todo el Estado Dorado, llegó cuando el gobernador Newsom dio la orden de quedarse en casa, el pasado 19 de marzo.
El gobernador californiano Gavin Newsom prohibió reuniones con más de 250 personas para evitar propagación del COVID-19
Después de dos meses sin reuniones en las iglesias, líderes religiosos anglosajones del sur de California y de la área de la Bahía de San Francisco se reunieron en Oakland, el 14 de mayo, para ejercer presión al gobierno estatal.
De ahí surgió la firma de una declaración con más de 1.000 pastores que quieren abrir sus iglesias el 31 de mayo venidero, para celebrar el domingo de Pentecostés, aunque no tengan el aval del gobernador.
En declaraciones al diario The Mercuy News, el obispo Bob Jackson, de la iglesia Acts Full Gospel, dijo que no entiende porqué se mira una iglesia como algo no esencial en un momento como este. “Haremos todo lo que hacen los restaurantes y cualquier otro lugar”, indicó.
Según esa publicación, Jackson dice que está preparado para proporcionar máscaras, guantes y limitar el número de fieles que lleguen a su iglesia en Oakland; asimismo, asegura que seguirá las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
“Las farmacias están abiertas, las licorerías están abiertas”, dijo el obispo.
“Podemos hacer los cálculos y asegurarnos de tener distanciamiento social. No sé por qué nuestro gobernador no cree que tengamos el coeficiente intelectual para poder hacer las mismas cosas”, aseguró Jackson en el portal de mercurynews.com.
Esta iniciativa, ha tomado fuerza con el respaldo en el Departamento de Justicia.
En una carta al gobernador, el Departamento de Justicia dijo que las reglas del coronavirus del estado llevaron al “tratamiento desigual de las comunidades de fe”
Tal como lo reportó Los Angeles Times, en una carta de tres páginas, escrita por Eric S. Dreiband, fiscal general adjunto y jefe de la división de derechos civiles del Departamento de Justicia, le dijo a Newsom que había mostrado un “trato desigual” con los grupos de fe al restringir sus reuniones.
“En pocas palabras, no hay una excepción por pandemia a la Constitución de Estados Unidos y su Declaración de Derechos”, manifestó Dreiband en la misiva, según el artículo del diario angelino.
A pesar del movimiento orquestado por los anglosajones, los pastores latinos se mantienen a la expectativa.
José Monterrosa, pastor del Tabernáculo Bíblico Ministries, en la ciudad de Panorama City, está en la búsqueda de cámaras de video, las que desea comprar e instalar en su santuario cuando se levanten las restricciones. En este momento, no tiene prisa en que se abran las iglesias.
“Si me dicen: ‘No se reunan’, o si dicen que solo serán 10 personas, ahí nos debemos de quedar”, dijo el reverendo quien tiene un poco más de 100 feligreses, parafraseando el texto bíblico de obedecer a las autoridades, aunque reconoce que “sí se necesita el calor humano”.
En este momento, Monterrosa está utilizando la aplicación Zoom y Facebook, también los mensajes de texto y producción de videos para no perder ese contacto con su congregación.
Alrededor de 150 mil personas sin un estatus regular serán benefiaciados a partir del 18 de mayo
No obstante, este líder religioso entiende a sus colegas que piensan diferente a él, porque sabe que hay iglesias que tienen pago de renta, deudas bancarias y salarios de empleados.
“La única fuente de ingreso son los aportes de los miembros de la iglesia”, dijo.
En el vecindario West Adams, se encuentra la Iglesia Restauración. En un domingo regular se congregaban más de 2.500 personas. Al momento de reforzarse las restricciones, el pastor René Molina no dudó en moverse hacia las plataformas digitales.
“Yo no abriría el 31 de mayo si es por un acto de rebelión”, aseguró Molina, quien ya lleva nueve semanas de estar haciendo transmisiones en Facebook y en la página web.
En una carta dirigida al alcalde Éric Garcetti informaron que tienen más de 10.000 voluntarios y otros recursos
A juicio de este líder cristiano, el tema se ha debatido en Los Angeles Coalition of Christian Leaders (LACCL), una coalición que incluso le ofreció al alcalde angelino Éric Garcetti las instalaciones de unas 500 iglesias para que fueran utilizadas en el manejo de la pandemia.
“El consenso de la mayoría es mejor esperar”, dijo Molina, aunque no oculta que el deseo de todos sus colegas es abrir los santuarios, pero no lo quieren hacer a cualquier costo. “Respeto a quienes lo hagan, yo no lo voy a hacer”, manifestó.
En oposición a sus pares latinos, Juan Carlos Méndez, obispo del Centro Cristiano Bet-El, en South Gate, propone que se abran los santuarios de inmediato. Desde un principio, él se opuso al gobierno estatal. Es más, este pastor se encargó de cabildear entre los hispanos para sumarse a los anglosajones.
Sin embargo, la respuesta de los latinos fue poco significativa.
“Si abren las tiendas, ¿por qué no van a abrir las iglesias?”, razonó Méndez, líder de una congregación con unos 400 feligreses.
Nosotros no somos animales para que nos metan (en un lugar) cuando ellos quieren. Es bien injusto lo que está pasando
— Juan Carlos Méndez, obispo del Centro Cristiano Bet-El
Mientras las iglesias tienen cerrados sus santuarios, este obispo realiza con regularidad los servicios de sábado y domingo en su templo. A raíz de las restricciones, sí se vio obligado a reducir sus reuniones a 45 minutos y en vez de 400 personas, ahora solo permite el ingreso de 60 fieles.
“Hemos tomado el distanciamiento social y todos están con mascarillas”, dijo.
Algo que le molesta, sostiene Méndez, es que el manejo de la pandemia ha sido desigual. Al recorrer diferentes ciudades, habitadas en su mayoría por anglosajones, ha observado que los transeúntes no portan mascarillas al salir a las calles, contrario a lo que sucede en vecindarios hispanos.
“Aquí hay un doble estándar; uno para los cafés y negros, y otro para los blancos”, criticó.
“Nosotros no somos animales para que nos metan (en un lugar) cuando ellos quieren. Es bien injusto lo que está pasando”, precisó Méndez.
A pesar de las voces disidentes, el que parece ser un consenso entre los latinos es respaldado por Walter Contreras, reverendo presbiteriano que a través de la National Latino Evangelical Coalition (NALEC), en donde funge como vicepresidente, tienen influencia en 8 millones de feligreses.
El tema de la apertura de santuarios, sostiene este religioso, ha sido debatido. Y no solo eso, en la coalición a la que pertenece tienen un manual que contiene todos los protocolos. En ese sentido, considera que en California no se tienen las condiciones para abrir las puertas de las iglesias.
“Es irresponsible e inmoral que las iglesias se abran, sabiendo que California tiene un número alto de coronavirus”, valoró.
De acuerdo a la base de datos de Los Angeles Times, en este momento se tienen 90.251 contagios y 3.663 muertes debido al covid-19.
La motivación es más económica, no es espiritual
— Walter Contreras, reverendo presbiteriano y vicepresidente de NALEC
En ese sentido, Contreras considera que los religiosos tienen una oportunidad de oro para trabajar en grupos pequeños, una forma de ser relevantes llevando el mensaje bíblico a los barrios, siendo más eficaz y responsables. “En California no estamos listos”, reiteró sobre la apertura.
No obstante, el reverendo no se inmutó para señalar que en la actual iniciativa no solo se trata de celebrar el domingo de Pentecostés, el cual se honraría con los servicios del 31 de mayo.
A juicio del religioso, en este revuelo están involucradas las mega-iglesias que debido a la emergencia y las restricciones “están perdiendo grandes entradas de dinero”.
“Si es por la espiritualidad, la experiencia nos enseña que se puede crecer más (ahora)”, apuntaló el vicepresidente de la NALEC. “La motivación es más económica, no es espiritual”, concluyó Contreras.
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