J&J apunta a la ciencia para desestimar miles de denuncias que acusan a su talco de generar cáncer
Johnson & Johnson, en un intento de evitar las afirmaciones de miles de mujeres acerca de que su icónico polvo para bebés les causó cáncer, apuntó a algunas de las investigaciones científicas citadas en los juicios que alegaban que los productos de talco de la empresa estaban contaminados con asbesto.
Durante una audiencia, el miércoles, los abogados del mayor fabricante mundial de productos de higiene personal cuestionaron los procedimientos utilizados por el Dr. William Longo, quien analizó el talco en busca de asbesto. J&J espera que un magistrado impida que Longo sea testigo de las mujeres que demandan a la compañía en casos consolidados en una corte federal en Trenton, Nueva Jersey.
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J&J señaló que Longo y otros testigos expertos de las demandantes utilizaron métodos poco confiables para concluir que los productos de talco solían contener asbesto -un carcinógeno- y que la exposición a estos podía causar cáncer de ovario. Si la jueza de distrito de EE.UU Freda Wolfson considera los argumentos de J&J y deja fuera del juicio a algunos o todos los expertos propuestos por las querellantes, ello paralizaría unos 12.000 casos pendientes.
“Están en juego muchos millones de dólares sobre la forma en que la magistrada determine qué expertos pueden declarar”, afirmó David Logan, profesor de derecho en la Universidad Roger Williams, en Rhode Island. “Las querellantes tienen la carga de probar que los talcos les causaron cáncer. Si no pueden ofrecer a un experto que informe a los jurados sobre ese tema, los casos serán desestimados”.
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J&J enfrenta un total de más de 14.000 juicios que la acusan de ocultar riesgos para la salud acerca de los polvos para bebés durante más de 40 años, en pos de proteger una de sus marcas más conocidas. Las acciones de la compañía han estado bajo presión últimamente debido a los temores de los inversionistas sobre los litigios.
Desde que comenzaron los primeros juicios, en 2016, J&J fue castigada con una serie de indemnizaciones de alto perfil, incluida la de un veredicto, el año pasado en St. Louis, por $4.700 millones. La empresa también ganó varios litigios por las reclamaciones sobre el talco y está apelando el veredicto de la corte estatal de Missouri.
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La gran mayoría de los litigios por el talco se encuentran actualmente ante Wolfson para los intercambios de información previos al juicio y la consideración de las pruebas. La magistrada se resistió a juzgar cualquiera de los casos consolidados mientras sopesa la viabilidad de la evidencia científica de las afirmaciones médicas, que J&J considera defectuosas.
De acuerdo con los documentos judiciales presentados por los abogados de J&J, la idea de que el talco -incluso sin rastros de asbesto- pueda causar cáncer de ovario contradice el consenso científico sobre las causas de la enfermedad, a menudo mortal.
En documentos judiciales, J&J alegó que los expertos, entre ellos Longo, presentaron sus opiniones sobre el talco únicamente para ayudar a los legistas de las demandantes a ganar sus casos. Los científicos que están listos para declarar a favor de las mujeres “utilizan una metodología no científica desarrollada para fines de litigios, sin tener en cuenta las distinciones bien establecidas” de lo que constituye la contaminación por asbesto, remarcaron los abogados de la empresa.
Durante una audiencia ante Wolfson, Longo testificó que utilizó los mismos métodos de análisis que J&J empleó en el pasado para verificar la presencia de asbesto en las muestras de talco. “Los científicos de la compañía han utilizado el proceso de pruebas de asbesto desde 1974”, informó Longo, quien ya ha testificado para las demandantes en al menos media docena de casos en distintas partes de Estados Unidos.
Allison Brown, una de las abogadas de J&J, afirmó que las agencias gubernamentales que investigan los informes sobre el asbesto en el talco no usan el mismo método que Longo y que éste, quien es dueño de una empresa de pruebas de materiales, ya no analiza personalmente las muestras.
Wolfson tendrá que decidir si el testimonio de expertos como Longo se basa en métodos científicos sólidos y puede ser considerado confiable por los miembros del jurado, explicó Carl Tobias, quien da clases sobre acciones masivas por delito civil en la Facultad de Derecho de la Universidad de Richmond, en Virginia. “Puede ser difícil para los magistrados determinar si las técnicas que emplean los testigos peritos son consistentes, porque la mayoría de ellos no están capacitados en metodología científica”, consideró el profesor.
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