Arrestan en El Paso a dos de los principales líderes del cártel de Sinaloa, incluido el hijo de ‘El Chapo’
CIUDAD DE MEXICO — Dos de los narcotraficantes más poderosos de México —uno de ellos socio desde hace mucho tiempo del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y el otro su hijo— fueron detenidos en Estados Unidos el jueves por la tarde, un par de arrestos que probablemente revolucionarán el mundo del narcotráfico internacional.
Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López fueron detenidos en un aeropuerto privado en El Paso, según dos fuentes familiarizadas con la situación pero no autorizadas a hablar públicamente sobre el caso.
El Departamento de Justicia confirmó los arrestos en una breve declaración el jueves, y el fiscal general Merrick Garland dijo que “ambos hombres enfrentan múltiples cargos en Estados Unidos por liderar las operaciones criminales del cártel, incluidas sus letales redes de fabricación y tráfico de fentanilo”.
Zambada, de 76 años, enfrenta acusaciones federales en varios distritos de Estados Unidos por cargos de tráfico de toneladas de cocaína, fentanilo, heroína y otras drogas a través de la frontera.
Durante décadas fue socio comercial de “El Chapo” Guzmán, quien cumple cadena perpetua después de una condena en 2019 por su papel de líder en el cártel de Sinaloa junto a Zambada.
Guzmán López, de 38 años, fue ascendido dentro de la jerarquía del cártel después de que arrestaran a su padre.
Pocos detalles estuvieron disponibles de inmediato sobre las circunstancias de las detenciones en El Paso. No está claro si los dos fueron detenidos mientras viajaban o si se entregaron.
Zambada había sido buscado por las autoridades estadounidenses durante muchos años.
La búsqueda del capo de la droga se ha intensificado en los últimos años a medida que las autoridades estadounidenses han luchado para combatir el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que mató a 100.000 estadounidenses el año pasado. En febrero, los fiscales abrieron un nuevo caso contra Zambada por la fabricación y el tráfico de la droga, que se ha convertido en la principal causa de muerte de estadounidenses de entre 18 y 45 años.
“Ha pasado toda su vida adulta como un importante narcotraficante internacional, pero nunca ha pasado un día en la cárcel”, dice el sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos.
En 2021, el gobierno estadounidense aumentó su recompensa por información que conduzca al arresto y la condena de Zambada hasta 15 millones de dólares.
Después del arresto de Guzmán, estalló una violenta lucha de poder, en la que los hijos del ex capo, conocidos como los “Chapitos”, compitieron con Zambada por el control del cártel de Sinaloa.
Los Chapitos sufrieron un revés el año pasado cuando uno de los hijos de Guzmán, Ovidio, fue capturado por las autoridades mexicanas y enviado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos de narcotráfico y lavado de dinero.
El arresto de Guzmán siguió a un notorio incidente de 2019 en el que fue detenido brevemente en una casa en la ciudad de Culiacán, en el norte de México, pero luego fue liberado después de que hombres armados del cártel inundaran la ciudad y tomaran a civiles como rehenes. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ordenó la liberación de Guzmán para evitar más derramamiento de sangre.
Tres de los hijos de Zambada han sido procesados en Estados Unidos, junto con su hermano, Jesús “El Rey” Zambada, quien se declaró culpable de cargos federales de narcotráfico y brindó un testimonio condenatorio contra Guzmán durante el juicio a Guzmán. Al testificar como testigo colaborador, describió cómo su hermano y Guzmán formaron el cártel de Sinaloa y juntos hicieron crecer la organización.
“Eran socios”, dijo Zambada en el estrado de los testigos.
El hijo de Ismael Zambada, Vicente Zambada Niebla, de 49 años, también testificó contra Guzmán. Fue procesado en Chicago y recibió una sentencia de 15 años después de declararse culpable. Ahora se cree que se encuentra bajo protección de testigos.
Otro hijo, Ismael Zambada Imperial, conocido como “Mayito Gordo”, fue extraditado de México en 2019 y se declaró culpable de cargos federales en San Diego. Se cree que tiene alrededor de 30 años, Zambada Imperial fue sentenciado a nueve años, pero recibió crédito por el tiempo cumplido y, según fuentes familiarizadas con su caso, ahora reside en los EE. UU.
El tercer hijo que fue procesado, Serafín Zambada-Ortiz, fue sentenciado a poco más de cinco años en una prisión federal el año pasado después de declararse culpable de cargos de drogas. Zambada-Ortiz, quien describió una infancia desgarradora al crecer dentro del cártel de su padre mientras pedía clemencia a su juez, fue liberado en septiembre de 2018 después de recibir crédito por el tiempo que había cumplido en prisión.
Los mexicanos recibieron con agrado la noticia. Pero algunos lamentaron que fueran las autoridades estadounidenses, no las suyas, las que habían capturado a los sospechosos.
“Llegará el día en que sea nuestra fiscalía —y no la estadounidense— la que lleve a los grandes jefes de este país ante la justicia para que paguen por todas las vidas que han robado”, escribió Lilian Chapa Koloffon, analista de seguridad mexicana, en X.
Hamilton informó desde San Francisco y Linthicum desde la Ciudad de México.
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