Mascotas envenenadas, potros prematuros, perros con espina bífida: los veterinarios mejor clasificados de UC Davis los atienden a todos
Danika, a Friesian foal with a coffee-colored coat and a white forehead star, was born four weeks prematurely.
Un gato real saudí fue trasladado en avión para un trasplante de riñón. Bulldogs con espina bífida vienen aquí para la terapia de células madre. Caballos cojos llegan para ser diagnosticados mediante un escáner que no se encuentra en ningún otro hospital veterinario.
Una perra que se convirtió en heroína en las Filipinas cuando se arrojó entre una motocicleta a alta velocidad y dos niños fue traída aquí porque su mandíbula superior y su hocico habían sido arrancados en el choque.
Nunca se sabe lo que pasará por las puertas del Hospital de Enseñanza Médica Veterinaria de UC Davis, un escaparate de terapias pioneras, tecnologías avanzadas e investigadores de élite. El programa veterinario mejor clasificado en el mundo ofrece 34 especialidades que incluyen cardiología, oncología y neurología.
Más de 50,000 animales al año, tan pequeños como hámsters y tan grandes como búfalos, son atendidos por sus 120 veterinarios y casi 600 pasantes, residentes, becarios, técnicos y estudiantes.
Sus especialistas asisten a gorilas en peligro de extinción en África, pingüinos en Brasil, e incluso residentes, que incluyen tarántulas y jirafas del cercano Zoológico de Sacramento.
El hospital lanzó recientemente un proyecto de $508 millones para duplicar su tamaño en 10 años, lo cual lo convertiría en uno de los hospitales veterinarios más grandes del mundo.
“Es un verdadero regalo tener un hospital veterinario de fama mundial a una hora de distancia”, afirmó Mary Shallenberger de Clements, quien trajo a su caballo de cuatro años, Oscar, para una punción espinal después de que notó debilidad en sus cuartos traseros. Desde entonces, se ha recuperado por completo.
Aquí hay un vistazo a algunos de los animales enfermos y los veterinarios que los atendieron.
Células madre para Spanky y Darla
Spanky y Darla entraron a la sala de examen, con las orejas caídas y la cara arrugada. Los bulldogs ingleses parecían perfectamente normales, a excepción de sus pañales, sostenidos por tirantes estampados con animales. Estos hermanos (macho y hembra) nacieron con espina bífida, y sus columnas formadas incorrectamente le generaban incontinencia y patas poco firmes. En lugar de ello, el dueño de los perros planeaba sacrificarlos. Val Vallejo, un oficial del sheriff del condado de Los Ángeles que dirige la organización no lucrativa Southern Bulldog Rescue, los trajo a UC Davis.
En UC Davis, Darla y Spanky se convirtieron en pioneros cuando las escuelas de medicina y veterinaria se unieron, en febrero pasado, para proporcionarles el primer tratamiento de espina bífida para canes que combina cirugía y células madre.
Un equipo dirigido por la Dra. Beverly K. Sturges, profesora de neurocirugía veterinaria, recolocó el tejido alrededor de las columnas vertebrales de los perros. Luego aplicaron células madre placentarias desarrolladas por los doctores Aijun Wang y Dori Borjesson, profesores e investigadores en el tema, para cubrir los huecos en las columnas vertebrales y fomentar la regeneración.
Los perros aún necesitan sus pañales y no está claro si el problema alguna vez desaparecerá. Pero, dijo Vallejo, quien condujo toda la noche para el chequeo reciente, “su forma de andar ya se ve mejor”.
También lucen mejor sus perspectivas. Darla y Spanky, informó Vallejo, están felices y viven con una familia permanente en Nuevo México.
Escaneos avanzados para Scooby
Scooby tiene 15 años. Es un caballo alemán pura sangre, de color castaño. Su especialidad es la doma. Es un experto en equitación de espectáculo. Pero cuando comenzó a cojear en marzo, nadie al principio sabía dónde estaba el problema.
En abril, los veterinarios de UC Davis izaron las 1,300 libras de Scooby sobre una mesa de exploración y colocaron tubos para oxígeno y anestesia en su boca. Su pata trasera derecha asomaba a través de un amplio tubo circular en un escáner de tomografía de emisión de positrones, o PET, por sus siglas en inglés. UC Davis fue el primer hospital de medicina veterinaria en todo el mundo en usar una máquina de este tipo en caballos.
Al inyectarle a la pata una dosis débil de una sustancia radioactiva que se adhiere a áreas de hueso anormal, los veterinarios pudieron ver imágenes detalladas de su lesión.
“Esto puede mostrar lesiones no detectadas por la resonancia magnética y las tomografías computarizadas, que podrían prevenir fallas catastróficas en los caballos de carrera”, relató el Dr. Mathieu Spriet, profesor asociado de ciencias quirúrgicas y radiológicas. La radiación de bajo nivel no lastima al caballo.
Los escaneos de Scooby encontraron una pequeña fractura que provocó inflamación cercana. Después de meses de medicación y descanso, comentó Spriet, el animal volvió a ser montado a un ritmo de caminata y trote, y parece estar por buen camino para su recuperación.
Cirugía de mandíbula para Gigi
Gigi, una perra de raza mixta de ocho años, tenía una correa sobre su vientre, atada y lista para una tomografía computarizada. Un veterinario local le había extirpado un tumor en la mandíbula, pero éste había vuelto a crecer en el hueso. Allí fue cuando tomaron cartas en el asunto los doctores Frank Verstraete y Boaz Arzi, dos cirujanos orales veterinarios de UC Davis famosos por desarrollar, junto con el departamento de ingeniería biomédica de la escuela, el primer procedimiento que regenera mandíbulas en perros.
Los cirujanos pueden reconstruir secciones retiradas de una mandíbula usando una placa y tornillos de titanio, y luego las rellenan con un material empapado en una proteína que se adhiere al hueso original y estimula el crecimiento. Para acortar el tiempo que un perro tiene que permanecer con anestesia, hacen modelos tridimensionales de cada mandíbula y preajustan la placa y el material proteico antes de la cirugía. Han tratado con éxito a más de 30 canes, incluyendo a Frankie, un spaniel que fue encontrado en un bosque del condado de Marin por campistas, después de que le dispararan en la cara.
En el caso de Gigi, los cirujanos que observaban los escaneos concluyeron que el tumor era lo suficientemente pequeño como para evitar una amputación mayor y la reconstrucción de la mandíbula por el momento. El animal parecía estar bien después de ser sometido a una cirugía más limitada para extirpar el tumor y algunos dientes y huesos.
Una postura para Danika
Danika llegó cuatro semanas antes, una potra frisón color café, con una estrella de color blanco lechoso en la frente. Ella nació tan temprano que sus huesos no se habían formado completamente. Entonces, en UC Davis, Luz María Soto, que estudiaba ciencia animal, se sentó junto al caballo para evitar que intentara pararse por sí misma. De hacerlo, podía dañar sus huesos y terminar coja permanentemente.
Danika estaba en buenas manos en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del hospital. El equipo está acostumbrado a tratar problemas graves, como roturas de vejigas y sepsis, destacó el Dr. Gary Magdesian, profesor de cuidados intensivos equinos.
Soto y otros voluntarios del Equipo de Potrillos de UC Davis se quedan con los bebés prematuros las veinticuatro horas del día. La unidad cuenta con puestos contiguos, por lo cual la madre de Danika, Rixt, pudo permanecer cerca, mirando por encima del divisor con ojo avizor.
Cada dos horas, los voluntarios dejan que Danika se levante y se ponga de pie con asistencia. Cada cuatro horas, la ayudan a soportar el peso, colocando una pelota de ejercicios hinchable debajo de ella. La potrilla también recibe enzimas para tratar un problema intestinal. Después de cinco semanas en la UCIN, Danika fue declarada en buen estado para irse.
Mejor sangre para Crystal
Crystal, una pastor australiana de cuatro años, estaba letárgica; sus encías lucían pálidas. El Dr. Larry Cowgill explicó que el sistema inmune de la perra “se confundió” y estaba destruyendo los glóbulos rojos más rápido de lo que los producía.
Así que Cowgill preparó a Crystal para una de sus terapias pioneras de purificación de sangre. Llamada intercambio plasmático terapéutico, el tratamiento elimina plasma contaminado con anticuerpos dañinos, toxinas o proteínas anormales y lo reemplaza con plasma de donantes sanos. El plasma se separa de la sangre mediante una bomba centrífuga.
El equipo de Cowgill conectó a Crystal a las dos líneas de sangre de la máquina, luego presionó el botón de inicio. Al final del tratamiento de 30 minutos, el veterinario esperaba que el recuento de glóbulos rojos de Crystal aumentara de 16% a 30%, más cerca del rango normal, de 40% a 45%.
La Unidad de Hemodiálisis y Purificación de Sangre que encabeza Cowgill es la más grande del país, y realizó 340 tratamientos el año pasado. La mayoría de los pacientes son perros que pueden haber ingerido algo que no deberían, por ejemplo, anticongelante o ibuprofeno. “Siempre son Labradores Retriever”, bromeó Cowgill, aunque los gatos a veces comen lirios tóxicos.
El tratamiento de sangre ayudó a Crystal a mejorar en una semana. “Es una terapia mágica para estos animales”, aseguró el especialista.
Traducción: Diana Cervantes