En Gaza, un niño amputado de 12 años se aferra a su sueño de ser futbolista
Abdel-Rahman Nofal soñaba con ser futbolista.
Cada momento libre lo pasaba pateando un balón junto con sus amigos, en las calles del campo de refugiados de Nusairat, en el centro de la Franja de Gaza.
Los muchachos habían oído sobre las protestas a lo largo de la frontera de Gaza con Israel. La llamada Gran Marcha del Retorno atraía a miles de personas que exigían el derecho a reclamar su hogar ancestral en lo que ahora es Israel.
El 17 de abril, los chicos decidieron echar un vistazo a un campamento de protesta cercano, y llevaron la pelota de fútbol con ellos. El padre de Abdel-Rahman, Yamen Nofal, no tenía idea de dónde habían ido los muchachos.Las fuerzas israelíes, que acusan a la regencia de Hamas, en Gaza, de usar las protestas para encubrir los ataques, habían advertido a los participantes que no se acercaran a las barreras de seguridad a lo largo de la frontera.
Las fuerzas israelíes, que acusan a la regencia de Hamas, en Gaza, de usar las protestas para encubrir los ataques, habían advertido a los participantes que no se acercaran a las barreras de seguridad a lo largo de la frontera.
Pero mientras los niños jugaban, afirmó Abdel-Rahman, la pelota se les escapó y rodó hacia la valla. Él corrió tras ella. Un soldado israelí observó por la mira de su rifle, y disparó.
La bala convirtió la pierna izquierda de Abdel-Rahman en un sangriento caos. El pequeño fue llevado de urgencia al hospital, pero los médicos afirmaron que el daño era demasiado severo para poder manejarlo; el niño necesitaba ser trasladado a Cisjordania para recibir tratamiento.
Israel dispara para herir, no matar. Eso ha llevado a una ola de amputaciones en Gaza
Israel generalmente no permite que aquellos a los que ha etiquetado como "terroristas" y “alborotadores que participan en los eventos violentos en la frontera" ingresen a su territorio para ser atendidos por médicos. Sin embargo, a veces se conceden permisos para "casos humanitarios excepcionales".
La solicitud inicial presentada en nombre de Abdel-Rahman fue rechazada, explicó su padre. Pero las autoridades israelíes revocaron la decisión en una apelación.
Dos días después de ser baleado, Abdel-Rahman fue transferido a Cisjordania. Los médicos consideraron que no había nada por hacer, y amputaron la extremidad.
"Si hubiera llegado antes al hospital, tal vez podrían haberle salvado la pierna", relató su padre.
Ahora, el hombre espera que el niño pueda viajar al exterior, donde se le colocaría una prótesis. Dichos dispositivos son escasos en Gaza, y la familia no puede comprarlo.
Mientras tanto, Abdel-Rahman está de vuelta en la calle, jugando al fútbol. Apoyado en un par de muletas, balancea su pierna sana y patea el balón hacia un primo.
"Todavía tiene sus sueños", afirmó su papá. "Su única esperanza es viajar al exterior… No hay futuro para los niños como él aquí”.
La corresponsal especial Hana Salah contribuyó a este reportaje.
Twitter: @alexzavis
Twitter: @yamphoto
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