Cuba defiende situación de DDHH y cuestiona inclusión en lista de EEUU sobre violación a libertades
LA HABANA — El canciller cubano, Bruno Rodríguez, consideró el viernes que Cuba tiene un buen desempeño en materia de derechos humanos y libertades religiosas y cuestionó que la inclusión de la nación caribeña en listas negras por parte de Estados Unidos solo busca justificar las sanciones económicas.
Rodríguez reaccionó a un reporte anual del Departamento de Estado de Estados Unidos, dado a conocer el jueves, que volvió a colocar a Cuba como violador de la libertad religiosa junto a países como Rusia, China y Nicaragua y a organizaciones como Boko Haram en Nigeria o a los talibanes.
La “reiterada inclusión de Cuba en informes unilaterales de terrorismo, derechos humanos y libertad religiosa del gobierno de Estados Unidos no está vinculada con el desempeño ejemplar de nuestro país”, escribió el canciller cubano en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
Según el funcionario, la incorporación a tales reportes responde a la “necesidad de justificar sus medidas inhumanas de cerco y guerra económica contra (el) pueblo cubano”.
El comunicado del Departamento de Estados Unidos informando sobre el listado indicó que los gobiernos mencionados “deben poner fin a abusos como los ataques contra miembros de comunidades religiosas minoritarias y sus lugares de culto, la violencia y los prolongados encarcelamientos por expresión pacífica”.
Cuba fue inscrita en la lista norteamericana de violación de libertad religiosa y en la de países patrocinadores del terrorismo publicada en noviembre de 2023. Esta última limita su comercio internacional.
Mientras, grupos opositores y algunas denominaciones evangélicas en Cuba suelen señalar que las autoridades les impiden ejercer sus ministerios o cierran sus templos bajo el cargo de que fueron erigidas sin autorización legal.
En cambio, otras iglesias —prestibiterianas, metodistas, judías, entre otras— rechazaron estas acusaciones.
“No hemos recibido directamente ningún reporte (sobre violaciones a los derechos religiosos)”, dijo a su paso por Cuba en una entrevista con The Associated Press en diciembre pasado Jerry Pillay, secretario del Consejo Mundial de Iglesias, la agrupación ecuménica más grande a nivel mundial.
“Pero seré honesto al decir que en todos los contextos y en todos los países en el mundo siempre hay desafíos en que ciertos gobiernos no dan la libertad a ciertas iglesias y a ciertas tradiciones cristianas, pero esto no significa, necesariamente, que haya una oposición a la libertad de religión”, agregó Pillay cuando se le preguntó específicamente por las quejas, sobre todo, de credos neopentecostales.
Cuba sostuvo un grave enfrentamiento con las iglesias —y la religión en general— durante los años 70 y 80 al calor del fortalecimiento de su ideología comunista, como se interpretaba entonces. Pero en los años 90 se produjo una reforma constitucional, así como el acercamiento entre las autoridades y creyentes, abriendo las puertas para un amplio ejercicio de los cultos. Pastores y religiosos incluso formaron parte desde entonces de la Asamblea del Poder Popular, el Parlamento.
Estados Unidos mantiene un conjunto de sanciones de más de seis décadas, sobre todo, en el plano económico buscando presionar un cambio en su modelo político.
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