CRÍTICAS. Un Bond emotivo, un Tenoch aterrado y más estrenos en salas y ‘streaming’ - Los Angeles Times
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CRÍTICAS. Un Bond emotivo, un Tenoch aterrado y más estrenos en salas y ‘streaming’

James Bond (Daniel Craig) y Paloma (Ana de Armas) en una escena de "No Time to Die".
James Bond (Daniel Craig) y Paloma (Ana de Armas) en una escena de “No Time to Die”.
(Nicola Dove © 2020 DANJAQ, LLC AND MGM)

Te damos nuestra opinión de ‘No Time to Die’, ‘Madres’ y otros lanzamientos de la semana

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Luego de haber visto su estreno pospuesto hasta en cinco ocasiones, primero por un cambio de director y después por la pandemia, se presenta en nuestra cartelera la esperada aventura final del agente 007 en su encarnación actual. A continuación, te hablamos de ella, así como de otras producciones que están ya disponibles en salas y en formas de acceso casero.

NO TIME TO DIE

Director: Cary Joji Fukunaga

Reparto: Daniel Craig, Rami Malek, Ana de Armas

Género: Espionaje / Acción

La despedida de Daniel Craig como James Bond, que llega finalmente a las salas estadounidenses tras numerosos cambios en su fecha de lanzamiento, se plasma en una película dirigida y coescrita por Cary Joji Fukunaga, el cineasta californiano de ascendencia nipona que es recordado con particular cariño por la comunidad cinéfila latina debido a su primera película, “Sin Nombre”, una brillante y descarnada recreación del drama de los inmigrantes indocumentados afectados por el accionar de las pandillas centroamericanas.

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“No Time to Die” es, por supuesto, una cinta completamente distinta a la citada, así como una en la que la única presencia latina en el reparto es de la cubana Ana de Armas, quien interpreta a la agente de la CIA Paloma y que, a pesar de su breve participación, se muestra tan sensual como carismática y completamente apta para el combate cuerpo a cuerpo.

Visualmente, este es un trabajo en el que Fukunaga -que eligió rodar en material fílmico y no digital- demuestra sin duda alguna el talento que tiene para filmar grandes escenas de acción, plasmadas en este caso en unas secuencias de persecución, de golpes y de explosiones que resultan absolutamente impresionantes en la pantalla grande, y que funcionan incluso cuando las locaciones reales son suplantadas por recreaciones increíblemente meticulosas, como es el caso del segmento con De Armas que sucede supuestamente en La Habana, pero que se hizo en los Estudios Pinewood de Londres.

En esta entrega, Bond es reclutado por la CIA para rescatar a un científico ruso que ha sido secuestrado, lo que lo enfrenta a un nuevo adversario: el líder terrorista Lyutsifer Safin, interpretado por el ganador del Oscar Rami Malek (“Bohemian Rhapsody”) y completamente convincente como un villano trágico que, sin ser necesariamente memorable ni del todo original, supera las expectativas.

Pero “No Time to Die” es también una historia romántica que nos acerca más a la relación entre Bond y Madeleine Swann, la psiquiatra que estuvo ya presente en “Spectre” y que vuelve a ser encomendada a la estupenda actriz francesa Léa Seydoux (“Blue Is the Warmest Colour”). En ese sentido, y en vista de que este es el cierre definitivo de la era Craig, el guion, que llega firmado por cuatro escritores (incluyendo a Fukunaga), juega cartas inesperadas, mientras rompe definitivamente el molde del machismo y de la falta de representación que distinguieron al espía ficticio a lo largo de muchas décadas.

MADRES

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Director: Ryan Zaragoza

Reparto: Tenoch Huerta, Ariana Guerra

Género: Terror

La segunda temporada de cintas de terror creadas especialmente por la productora Blumhouse para la plataforma de ‘streaming’ de Amazon Prime Video le ha dado cabida a dos propuestas con marcada tendencia latina. La primera fue “Bingo Hell”, que se estrenó el viernes pasado y que tuvo al frente a Adriana Barraza; y la segunda es “Madres”, que se puede ver desde hoy y que, además de tener al mando a un director hispano (Ryan Zaragoza) y a una guionista igualmente latina (Marcella Ochoa), se desarrolla en el seno de una comunidad latina de los Estados Unidos y encuentra en uno de sus papeles protagónicos a Tenoch Huerta, el actor mexicano que era ya conocido en estos lares por su participación en la serie de Netflix “Narcos: México” y en la película “The Forever Purge”, pero que se colocó realmente en boca de todos luego de ser contratado para desempeñar un papel todavía no revelado en “Black Panther: Wakanda Forever”.

En la nueva cinta, que se desarrolla en la década de los ‘70, Huerta se transforma en Beto, un inmigrante mexicano más o menos reciente que, luego de aceptar un nuevo trabajo como dirigente en una zona agrícola, se traslada con Diana (Ariana Guerra), su esposa mexicoamericana, a una locación rural en California en la que ella empieza a tener encuentros cada vez más aterradores con lo que parecen ser fuerzas sobrenaturales.

Pero lo más interesante de “Madres”, que está filmada con un nivel visual sobresaliente para una producción destinada a la pantalla chica, es su profunda impronta social, manifestada inicialmente en las conductas de sus personajes (Beto conversa frecuentemente español, mientras que Diana se ve sometida a burlas por no saber hablarlo) y extendida poco después a situaciones de abuso de los trabajadores agrícolas latinos que se basan en casos históricos reales, lo que termina colocándola mucho más en la línea de un título como “La Llorona” (en versión de Jayro Bustamante) de lo que se podría imaginar.

MASS

Director: Fran Kranz

Reparto: Reed Birney, Ann Dowd, Jason Isaacs

Género: Drama

La propuesta más dramática de la semana es sin duda “Mass” (disponible solo en salas), una cinta de personajes que se desarrolla en un solo ambiente y que, pese a ello, viene cargada de tensión y de emociones, ya que cuenta la historia ficticia (pero inspirada en situaciones que se producen frecuentemente en este país) de los padres de un adolescente fallecido durante un tiroteo en una escuela que deciden reunirse con los padres del asesino (que estudiaba en la misma escuela) para tratar de darle algún tipo de resolución a sus enormes conflictos internos.

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Lo hacen en medio de una habitación ubicada en una iglesia episcopal y a través de un intercambio de diálogos a veces calmados, pero muchas veces exaltados, que parecen desarrollarse en tiempo real ante nosotros y que resultan indudablemente difíciles de asimilar debido a su intensidad, pero que dan como resultado un trajo de imbatible solidez narrativa y en el que el director debutante Fran Kranz (que firma también el guion) maneja la cámara con la solvencia necesaria como para que la puesta en escena no luzca teatral.

Todo esto se sostiene además en las estupendas interpretaciones de sus cuatro protagonistas, encomendados de manera acertada a actores poco conocidos -al menos para las grandes audiencias y en el plano cinematográfico-, lo que le ofrece al trabajo una dosis adicional de realismo.

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