Muchos se sorprendieron al verlo tan afectado al lado de su compañero Nacho en Premios Juventud ¿Qué hay detrás de su condición actual?
La sonrisa del cantante venezolano Chyno Miranda es una de las más bonitas del mundo del espectáculo latino. No es una de esas sonrisas perfectas, dominadas por sus dientes, esos sí, perfectos. Tanto que lo primero que viene a la mente es ¿cuánto habrán costado esas carillas dentales? Por el contrario, la sonrisa de Chyno Miranda es linda porque no deja espacio para pensar otra cosa que ¡Qué tipo tan chévere!. Así en venezolano, porque aunque se acerca a una década viviendo en Miami, su país nunca ha dejado de vivir en él.
La sonrisa de Chyno no solo es especial por el presente. Es especial porque es auténtica y terca. Y la califico así porque hubiese sido fácil que perdiera su brillo ante las grandes tragedias que la han apagado por momentos. Y es que la lucha contra las secuelas del covid-19 no es el primer gran desafío en la vida de Jesús Alberto Miranda Pérez.
En su pasado existe el recuerdo de un amor asesinado a puñaladas, balazos que truncaron su mayor sueño y el haberse quedado, cuando todavía no terminaba la secundaria, sin nada más que la ropa que llevaba puesta y un trauma que ha cargardo para toda la vida.
Esa sonrisa terca, con fuerza para desafiar los efectos de fuertes medicamentos recetados para manejar espasmos musculares involuntarios, apareció en la entrega de Premios Juventud del pasado jueves, donde a través de la pantalla millones de sus fans lo pudieron ver con sorpresa y sentimientos encontrados.
Se la regaló a los fotógrafos a pesar de que tuvo que hacer la fila para entrar al Watsco Center de la Universidad de Miami, hasta que el personal de Universal Music Latin lograra acelerar su proceso. A pesar de que alguien lo pisó accidentalmente, haciendo más engorroso su delicado caminar. A pesar de que necesitó que Nacho lo apoyara con su cuerpo para llegar al lugar donde se harían las fotos oficiales de la noche.
La compasión de la producción de Premios Juventud se desbordó para protegerlo y evitar que su presentación con Nacho fuera un derroche de morbo. El número del reconciliado dueto venezolano fue el único número grabado de la noche y la dirección de cámaras estuvo diseñada para preservar la dignidad de Chyno en todo momento.
Es la misma línea que el artista, su equipo, su esposa y su familia habían mantenido desde que cayeron en cuenta de que los calambres en las extremidades daban cuenta de algo muy serio. Cuando su recuperación se vio amenazada de nuevo por una agresiva encefalitis que apareció varios meses después.
Y es que la vida de Jesús Alberto, Chyno para los amigos y fans, pareciera haberlo entrenado con golpes para afrontar éste, el más brutal de sus males, con total fuerza y valentía.
Entre despedidas y balazos
Como la mayoría de los niños venezolanos de bajos recursos, su gran sueño era el de convertirse en beisbolista, pero de las Grandes Ligas y con ese deseo sacrificaba horas de sueño y fines de semana.
Jesús vivía en esa línea complicada entre la clase media baja y la pobre con su familia en La Guaira, una ciudad costera venezolana ubicada en el estado Vargas frente al Mar Caribe, a las afueras de Caracas. A pesar de que la escasez siempre estuvo presente, su inocencia estuvo intacta hasta el divorcio de sus padres. “Fue la primera vez que sentí el sufrimiento”, no dijo el artista en una oportunidad.
“En esos años fui feliz. Lo único que me acuerdo que no me gustaba era que me llamaran chino y no fue por mis ojos. El apodo fue porque tenía el mismo corte de pelo que los niños de una familia china que eran vecinos y me lo gritaban mis amigos para molestarme. Como muchas cosas en la vida, lo que parece malo termina siendo bueno. Me dio un nombre que me han coreado miles de personas”, relató en tono de agradecimiento con su habitual sonrisa.
El primer gran revés de su vida llegó cuando su padre fue asesinado a puñaladas a manos de criminales que lo querían asaltar. Su esencia se puso en evidencia cuando Chyno decidió “entregarle a Dios” sus deseos de venganza, pues el asesino murió de la misma forma en la cárcel donde pagaba su condena.
Tras la muerte de su papa, su madre volvió a encontrar una pareja con la que se casó y a la que Chyno también llamó papá. No había pasado mucho tiempo de eso cuando el destino le volvió a jugar una mala pasada. El exnovio de la chica con la que Chyno había comenzado una relación le dio un balazo en la pierna, causándole una lesión permanente que acabó con su sueño de ser beisbolista. Y eso solo era el principio.
Dicen que las desgracias vienen acompañadas de otras y así precisamente ocurrió en la vida de este joven artista. Era diciembre de 1999, un deslave causado por las lluvias torrenciales que azotaron a Caracas en ese entonces, dejó a la familia sin nada, al igual que a cientos de familias que tuvieron la suerte de contarlo, otras murieron y sus cuerpos fueron apareciendo entre el lodo y los escombros.
“Pronto me di cuenta que estábamos en el grupo que tuvo suerte, pero reconozco que eso me dejó estrés post traumático”, recordó el artista. Él y su padrastro se vieron en la necesidad de saquear uno de los almacenes del sector para poder comer y encontrar ropa limpia. El entonces régimen del presidente Hugo Chávez nunca dio cifras oficiales de los muertos, pero organizaciones no gubernamentales colocaron el saldo final de la llamada “Tragedia de Vargas” entre 10.000 y 30.000 muertos y desaparecidos. “Cuando ves los cuerpos de tus vecinos siendo arrastrados por un lodazal que casi te lleva a ti también aprendes para el resto de tu vida que las cosas materiales no tienen importancia”, reflexionó.
Cuando todo eso sucedió, Jesús Miranda apenas acababa de cumplir 15 años de edad. Desde entonces el traumático recuerdo y el dolor lo ha ido arrastrando en su interior, de la misma forma oscura en la que el agua y el lodo se llevó y apagó la vida de miles de inocentes venezolanos.
Mi niña bonita
Sin casa, sin sueños y todavía como estudiante de secundaria, Jesús fue transformándose en “El Chino” con “I”. Fue el apodo de toda su vida. Como muchos otros artistas se metió en la música para impresionar a una chica en su escuela secundaria (liceo o “high school”). Ya entonces la familia se había asentado en Caracas. Su físico atlético, su facilidad para el baile y el cantar afinado fueron herramientas suficientes para que ejecutivos musicales que lo vieron perder en “Generación S”, un programa del estilo de American Idol, lo reclutarán junto a Miguel Ignacio “Nacho” Mendoza, que estaba en la misma situación. Su talento y la suerte de haber sido observados por estos empresarios, los llevó a sumarse a la exitosa “boyband” conocida como Calle Ciega. “Eso me cambió la vida”, contó el artista.
El resto es historia. El grupo después de varios años se decantó en el dueto Chino y Nacho, el cual conquistó al mundo con su “Niña Bonita”. Su internacionalización los trajo a Estados Unidos en 2012 cuando debutaron en Premios Juventud ese mismo año. Desde entonces, este famoso dueto venezolano se convirtió en la bandera de los venezolanos exitosos en el país.
Para Chyno, a nivel personal, le llegó el amor con Natasha Araos y más tarde lo hizo el pequeño Lucca, cuya llegada iluminó su hogar y sus vidas.
El inicio “obligado” de su carrera como solista también formó parte de un nuevo capítulo en su carrera profesional. “Esto no fue mi decisión”, nos aseguró. Pero igual fue positivo para Chyno, quien se enfrentó en solitario al mundo de la música por primera vez tras cambiarse de “Chino” a “Chyno” por cuestiones legales. Ya lo había hecho con un grupo y después en un dueto. El reto de hacerlo en solitario le había llegado. “Descubrí que sí puedo hacer cosas para las que pensaba que no tenía talento, como la composición”, admitió para entonces.
Su carrera como solista tuvo sus altibajos, mientras que a Nacho no le fue nada mal. Pero al final de cuentas, la gente los conoció como Chino y Nacho, una formula que logró gran aceptación e innumerables reconocimientos, por lo que la idea de reunirse nuevamente no era descabellada.
Un breve reencuentro se dio entre ellos durante el concierto Paz sin Fronteras que organizó Juanes, Miguel Bosé, entre otros, el cual reunió a decenas de artistas para cantar por la libertad en Venezuela entre la linea terrotorial de con Colombia, pero esa breve reunión quedó hasta ahí… el regreso oficial como dueto de Chyno y Nacho quedó en suspenso.
El monstruo llamado COVID-19
Ya cuando Chyno y Nacho estaban listos para anunciar su reencuentro oficial con un disco corto de seis canciones y una gira, la pandemia apagó sus esperanzas. Pese a eso, el exitoso dueto logró presentar a los medios el primer sencillo titulado “Raro”, con Miranda en Miami y Mendoza en la isla venezolana de Margarita. Ya para entonces Chyno había sido infectado con el coronavirus y pensaba que aunque había sido una experiencia “fuerte”, ya había pasado luego de los sintomas comunes y las dos semanas de cuarentena.
Chyno no podía haber estado más equivocado. Lo que empezó con calambres en las piernas, terminó siendo una “neuropatía periférica”. “Se trata de una inflamación en el sistema nervioso periférico, que envía información desde el cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central) hacia el resto del cuerpo. Los nervios periféricos también envían información sensorial al sistema nervioso central”, explicó a Los Ángeles Times en Español el médico Raúl Pérez Vásquez, quien quiso dejar claro que Chyno no es su paciente. “Es uno de los efectos secundarios que se han visto en los pacientes de Covid”.
Un estudio de la Universidad de Chicago índico que un 14% de los contagiados ha presentado esta secuela.
Seis meses después de su contagio, el artista sufrió una encefalitis fuerte. Tanto que debió ser sedado por dos semanas.
El doctor Pérez Vásquez no ha visto literatura médica que incluya encefalitis a seis meses de contagio de covid. “Lo más común es que se deba a una nueva infección o a una crisis del sistema inmunológico”, explicó. Aunque sin ver la historia médica de Chyno subrayó que estaba hablando en “términos generales”.
Un regreso en medio de la tormenta
La recuperación de Chyno ha representado otro vía crucis en la vida de este artista conocido su contexture atlética y por haber estado siempre en movimiento. “Adicto” al ejercicio y a la alimentación sana, Chyno siempre se caraterizó por tener una vida sana y sin excesos.
“Tuve que aprender a hacer todo de nuevo”, recordó Chyno en un vídeo que publicó a sus redes el miércoles pasado.
Terapias de estimulación eléctrica a los músculos, terapia ocupacional, terapia de lenguaje, terapia psicológica, son algunas de las acciones que Miranda ha puesto en práctica para tratar de recuperarse. Muchas veces deprimido, otras derrotado, Chyno lo ha enfrentado, pero con esa sonrisa terca que siempre regresa para iluminar a unos y a él mismo llenarlo de esperanzas.
Una entrevista con Nacho reveló que Chyno empujó para “grabar nuevas canciones” para el disco “Chyno y Nacho is back”. “El proceso fue complicado porque él todavía está recuperándose”, manifestó. Sin embargo, el resultado está allí. Se trata de un álbum que muestra a unos artistas más maduros, pero sólidos en su esencia.
Fuentes cercanas a su equipo aseguraron a Los Angeles Times en Español que incluso ahora, cuando su regreso a los escenarios ha sido eclipsado por rumores “infundados” de una separación de su pareja y una supuesta ruina económica, Chyno “está más pendiente de cómo la situación ha afectado a todos los que lo rodean más que a él mismo”, aseguraron.
Aunque se ha especulado que el artista se regresó a Venezuela, donde sí pasó unas semanas en junio, Chyno está en Miami. Su equipo está concentrado en “lo único que de verdad importa: La música”, y en demostrar que Jesús Miranda es un guerrero que “no se deja vencer” y que seguirá luchando por su salud, su vida y su carrera.
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