Ella es la directora de ‘El Agente Topo’, la única cinta latinoamericana nominada al Oscar
A solo días de la realización de la primera edición del Oscar en pandemia, las esperanzas latinoamericanas se encuentran puestas en “El Agente Topo” (“The Mole Agent”), la única película de larga duración con origen directamente hispano que compite en la prestigiosa ceremonia y que, además, ha logrado colocar por primera vez a una mujer chilena en la gran lista dorada.
La cinta sudamericana, que puede ser vista actualmente en Hulu (con subscripción) y en Amazon Prime Video (con costo adicional) en los Estados Unidos (porque su incorporación a Netflix solo es para Latinoamérica), ha sido incluida en la terna de Mejor Largometraje Documental, pese a que terminó perdiendo su opción en el rubro de Mejor Película Internacional, donde había logrado posicionarse en la lista de pre nominados (más conocida como ‘shortlist’).
Es momento de dar un paso al costado, 007, porque ya tenemos entre nosotros a “El Agente Topo”, un decidido espía de 83 años que se introduce en un asilo de ancianos con el fin de descubrir si una de las internas está sufriendo maltratos por parte del personal del establecimiento.
“Nunca había pasado que una película chilena estuviera ‘shorlisted’ en dos categorías”, nos dijo su directora Maite Alberdi a través de una conexión de Zoom con Santiago de Chile. “Esa doble posibilidad ayudó a que se pudieran hacer dos campañas y a que se difundiera rápidamente en diferentes sectores”.
“Siento que tengo una responsabilidad de grande, sobre todo en lo que se refiere a representar a las cineastas latinoamericanas, porque muchas de ellas me han dicho que con esto les he permitido soñar a todas”, recordó la joven realizadora, antes de referirse a los títulos de su país que han obtenido el Oscar (incluyendo a “Una mujer fantástica” y “No”). “Para mí, fue determinante ver el camino que recorrieron [sus compatriotas] Sebastián Lelio, Pablo Larraín y el corto ‘Historia de un oso’, porque fueron estímulos que me permitieron también romper ciertas barreras”.
Sensibilidad necesaria
Tampoco ha pasado desaparecido ante ella lo que significa este logro a nivel de representatividad femenina. “Ahora que soy la primera mujer chilena nominada, y [considerando] que las cineastas latinas no soñamos con esa industria en general, creo que es importante ver cómo se abren objetivos más grandes para todas”, razonó. “La poca representatividad de mujeres cineastas hace que la mitad de la población no esté representada en el cine”.
“Solo una mujer ha ganado el Oscar al Mejor Director; solo el 4% de las producciones hollywoodenses al año son dirigidas por mujeres”, precisó. “En Chile, donde hay mucha producción, es el 10%, y eso no ha variado. Esta voz no está representada en el cine, y las historias están presentadas siempre desde una mirada masculina, aunque tengan personajes femeninos”.
En ese sentido, Alberdi, quien ha hecho ya cuatro largometrajes documentales, considera que, a pesar de que “El Agente Topo” cuenta con un protagonista masculino (el octogenario Sergio Chamy), la manera en que este se encuentra tratado en la pantalla corresponde a una perspectiva de mujer.
“Es mostrado como un hombre que está completamente comprometido con sus sentimientos y con un lado que rompe el estereotipo de masculinidad que a mí me enseñaron”, precisó. “Me criaron diciendo que los hombres no lloran, y menos a esa edad; y lo que yo presento se ve potenciado por los personajes femeninos con los que traba amistad, y que son mirados igualmente desde mi lugar”.
Una realidad intrigante
Uno de los aspectos más interesantes de “El Agente Topo” se encuentra en la excelente recepción que ha tenido por parte de vastos sectores de la audiencia, lo que no sucede necesariamente con los documentales, menos aun cuando se encargan de resaltar a personas mayores.
Y esto se debe mayormente a que se trata de un trabajo marcado tanto por aspectos sentimentales como por elementos propios del ‘thriller’, lo que tiene que ver con su premisa misma, en la que se muestra a un hombre de 83 años (el ya mencionado Chamy) que acepta un trabajo para el que necesita ‘infiltrarse’ en un hogar de ancianos con el fin de descubrir si una de las internas está siendo objeto de maltratos por parte del personal del establecimiento.
“Yo partí de un objetivo estilístico que era hacer un filme no documental, y como quería tener de todos modos una perspectiva de la realidad, descubrí la existencia de agencias con agentes infiltrados [de la tercera edad]”, detalló Alberdi. “La idea era llevar géneros de la ficción al documental en el plano estético, y después me interesé en la figura del detective privado, que viene generalmente del terreno de la ficción”.
Por ese lado, ella misma es consciente de que muchos de los documentales modernos adoptan conscientemente la decisión de no mostrar imágenes de manera simplemente objetiva, lo que puede provocar discusiones acerca de la manera en que son desarrollados, como ha sido también el caso de “El Agente Topo”, debido sobre todo a lo bien que funciona en el aspecto narrativo.
“Los documentales tienen un punto de vista sobre la realidad, y la mirada del documentalista no está solo puesta en el contenido, sino también en las decisiones estéticas que uno toma”, explicó. “Creo que yo he desarrollado un estilo con el que hablo de mis propias opiniones sobre esta realidad”.
“Sería muy ingenuo pensar que la cámara no altera la realidad, pero nosotros tratamos siempre de implementar un proceso tan largo de rodaje que de alguna manera la gente se acostumbra a ella”, agregó. “No lo hacemos con cámara escondida, o sea que todo el mundo es consciente de que estamos ahí; pero nuestra presencia se vuelve armónica, y buscamos siempre una manera para que esa cámara sea lo menos inoportuna que resulte posible”.
Un proceso complicado
El hecho de que esta película (que no deja nunca de ser conmovedora y sensible) muestre a Chamy en largas conversaciones con mujeres de edad avanzada que exhiben a veces de manera abierta su dolor ante el abandono de sus familiares o los estragos de la edad despierta también interrogantes éticas que Alberdi tuvo que abordar constantemente.
“Analizamos mucho todo y tomamos decisiones muy cuidadas sobre lo que podíamos o no mostrar”, especificó la directora. “Todos los que aparecen firmaron una cesión de derechos, pero más allá de eso, había que ver si se sentían cómodos con la cámara. Y a las personas con Alzheimer, por más que te firmen, no puedes grabarlas si no están bien [en cierto momento], o tienes que volver a explicarles cada día lo que estás haciendo”.
Cualquiera que vea “El Agente Topo” puede estar interesado en saber lo que pasó con Chamy después del estreno de la cinta, cuando se reveló ante todos lo que estaba haciendo dentro del hogar de ancianos. “Muchas [de las mujeres del establecimiento que se volvieron sus amigas] se sorprendieron al saber que él era un espía, pero les gustó tanto la película, y sienten que las representa tan bien, que no se enojaron”, nos dijo Alberdi. “Sergio está trabajando ahora en comerciales, y va a ir conmigo en Los Ángeles; está súper vacunado, y yo también. Dice que es su primer viaje en avión y su última aventura”.
Pase lo que pase este domingo, y a raíz de sucesos de alcance mundial, nuestra entrevistada se enfrenta ahora mismo a una situación de incertidumbre que le ha dado ya una larga pausa a su carrera. “Yo soy una documentalista que filma el presente, no una que hace investigaciones sobre el pasado, y no he podido hacer nada desde hace tiempo, porque aquí seguimos en confinamiento estricto debido a la pandemia”, concluyó. “No pude seguir más las historias que estaba siguiendo, y estoy tratando de entender en qué momento voy a poder retomar esto. No hay protocolos Covid para los documentales”.
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