Estudio: Alérgicos a carnes rojas pueden comer tocino de cerdos modificados genéticamente
BLACKSBURG, Virginia, EE.UU. — Algunas personas que desarrollan una extraña y aterradora alergia a las carnes rojas después de ser mordidos por una garrapata aún pueden comer carne de puerco de una fuente inusual: cerdos modificados genéticamente creados para la investigación de trasplantes de órganos.
Pero no la busquen en los supermercados. La compañía que cría estos cerdos especiales comparte gratuitamente su escaso suministro con algunos pacientes con alergias.
“Recibimos cientos y cientos de órdenes”, dijo David Ayares, presidente de Revivor Inc., mientras abría un congelador repleto de paquetes de carne molida de cerdo, jamón, costillas y chuletas de cerdo.
La alergia es conocida como síndrome alfa-gal, que lleva el nombre de un azúcar presente en los tejidos de casi todos los mamíferos —salvo en los seres humanos y primates. También puede provocar una fuerte reacción unas horas después de comer carne de res, cerdo o cualquier otra carne roja, o ciertos productos de mamíferos como leche o gelatina.
¿Pero en dónde encajan los trasplantes de órganos? No hay suficientes órganos humanos donados para cubrir las necesidades, por lo que los investigadores tratan de usar en su lugar órganos de cerdos —y esa misma azúcar alfa-gel es un enorme obstáculo. Provoca que el sistema inmune de los seres humanos destruya de inmediato el órgano trasplantado de un cerdo común. Así que el primer gen que Revivicor desactivó cuando comenzó a modificar genéticamente a los cerdos para los xenotrasplantes fue el que produce el azúcar alfa-gel.
Si bien los xenotrasplantes siguen siendo experimentales, los cerdos de Revivicor obtuvieron la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus iniciales en inglés) en 2020 para ser utilizados como fuente de alimentos y una posible fuente de terapia humana. La FDA determinó que no había nivel detectable de alfa-gen en varias generaciones de estos cerdos.
Revivicor, subsidiaria de United Therapeutics, no es una compañía alimenticia —investiga los xenotrasplantes— y tampoco ha encontrado a ninguna empresa agrícola interesada en vender su carne de cerdo.
De cualquier forma, “esta es una investigación porcina aprobada por la FDA, así que hay que hacerla llegar a los pacientes”, fueron las palabras de Ayares cuando comenzó a hacer envíos hace algunos años.
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