La pandemia evidencia los contrastes de las redes de seguridad social en EE.UU y Europa
En las crisis económicas, Europa depende de los programas existentes para inyectar dinero en los bolsillos de la gente, mientras que en Estados Unidos dependen del Congreso para aprobar programas de estímulo.
La pandemia de coronavirus agota las redes de seguridad social en todo el mundo y subraya diferencias marcadas en el enfoque entre sociedades ricas como las de Estados Unidos y Europa.
En el Viejo Continente, el colapso de la actividad empresarial genera programas de apoyo salarial que mantienen a millones en sus empleos, al menos por ahora. Por el contrario, en Estados Unidos, más de 33.5 millones de personas solicitaron beneficios por falta de trabajo, y la tasa de desempleo se disparó al 14.7%. El Congreso aprobó un paquete de $2 billones como apoyo de emergencia, que aumentó los beneficios por desempleo y emitió cheques de estímulo de hasta $1.200 por contribuyente.
Este patrón se vio ya en anteriores crisis económicas, particularmente durante la Gran Recesión. Europa depende de los programas existentes que inyectan esa cantidad de dinero en los bolsillos de las personas. Estados Unidos, por otro lado, confía en que el Congreso actúe aprobando programas de estímulo de emergencia, tal como lo hizo en 2009 durante la presidencia de Obama y en el reciente paquete de rescate del presidente Trump.
El economista Andre Sapir, miembro sénior del Instituto de Investigación Bruegel, en Bruselas, consideró que la política presupuestaria en Estados Unidos desempeña en parte el papel que juega el sistema de prestaciones sociales en Europa, porque el sistema social estadounidense es menos generoso y una recesión puede ser mucho más dura para los trabajadores.
En las crisis económicas generales, los empleados de EE.UU pueden quedarse sin seguro de salud si son despedidos, y existe un mayor riesgo de perder la casa propia mediante una ejecución hipotecaria. Por otro lado, los europeos suelen pagar impuestos más altos, es decir que ganan menos en los buenos tiempos.
“En EE.UU, hay que seguir inyectando dinero en la economía para que las personas mantengan su trabajo, porque es a través del empleo que están protegidas”, remarcó Sapir. “¿Cuál es el mejor sistema? No voy a entrar en esa discusión, porque es realmente una cuestión enorme”.
Estados Unidos tiende a clasificar por debajo del promedio en medidas de apoyo social entre los 37 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su mayoría democracias desarrolladas. EE.UU ocupó el último lugar en personas que viven en pobreza relativa -gente que se sostiene con la mitad del ingreso medio o menos-, con un 17.8%. Países como Islandia, Dinamarca, República Checa y Finlandia tienen menos del 6%.
Aquí hay un vistazo comparativo de las redes de seguridad social de Estados Unidos y Europa:
Beneficios por desempleo
Los estadounidenses en el sistema de desempleo recaudaban un promedio cercano a los $372 por semana antes de que azotara el coronavirus. Pero ello variaba de $215 en Mississippi a $543 en Hawái. El paquete de rescate federal concedió a los trabajadores desempleados $600 adicionales por semana hasta julio. También extendió los beneficios a quienes perdieron el trabajo como resultado del brote, que podría incluir a aquellos padres que debieron dejar de trabajar para cuidar de sus hijos ante el cierre de las escuelas. La mayoría de los estados ofrecen seis meses de desempleo, pero la legislación de emergencia agrega 13 semanas.
En comparación, el beneficio por desempleo de Alemania paga el 60% del salario anterior durante un año. Francia proporciona hasta el 75% del sueldo promedio diario anterior por hasta dos años. Los beneficios de desempleo en Francia son, en promedio, 1.200 euros ($1.320) al mes.
También existen los programas de horario reducido en Europa, que pagan la mayoría de los salarios de los trabajadores si las empresas acortan la jornada laboral debido a una interrupción temporal. Más de 10 millones de personas están cobrando de esta manera en Alemania y unos 12 millones en Francia, lo cual ayudó a mantener el desempleo en la Eurozona con un escaso aumento de 0.1 puntos porcentuales en marzo sobre febrero, a 7.4%.
El paquete de emergencia de EE.UU incluyó dinero para conceder préstamos económicos a empresas, que podrían ser condonados si el dinero se usó principalmente para pagar salarios.
Seguro de salud
Casi la mitad de los estadounidenses reciben un seguro de salud a través de sus empleadores, mientras que un 34% adicional tiene beneficios mediante los programas gubernamentales Medicare y Medicaid. Por separado, el 6% está asegurado de forma individual, y -según datos de 2018- el 9% no tenía seguro en absoluto.
En Europa, la cobertura universal de salud es la regla, y generalmente es financiada por la nómina salarial o por otros tributos. Un ejemplo es el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña, que se financia con impuestos y ofrece atención gratuita que le cuesta al gobierno el 7% del producto interno bruto al año.
Beneficios por maternidad
Los trabajadores públicos estadounidenses tienen derecho a una licencia familiar no remunerada, pero ninguna ley federal exige que los empleadores privados concedan el beneficio. En el sector privado, sólo el 16% de los empleados tenía acceso a una licencia familiar pagada hasta marzo de 2018.
Algunos estados ofrecen un seguro de licencia familiar con salario entre cuatro a 10 semanas. Estados Unidos es el único país de la OCDE que no ofrece una licencia por maternidad remunerada.
En Francia, por el contrario, las madres tienen derecho a al menos 16 semanas de licencia cuando nace su primer hijo y deben tomarse al menos ocho de esas semanas. Desde el tercer hijo en adelante, se les permiten 26 semanas. Las trabajadoras reciben un subsidio diario por licencia de maternidad de hasta 89 euros ($94.50). Pero algunas profesiones tienen sus propios acuerdos más favorables, como el pago completo de sus salarios.
Dinamarca otorga 52 semanas de licencia parental después de un nacimiento o una adopción, compartida entre los padres; si eso es con un salario completo depende de los diferentes acuerdos laborales.
Invalidez
Aproximadamente 8.3 millones de estadounidenses cobran beneficios por incapacidad ganados a través de las contribuciones del Seguro Social. Los pagos promedian los $15.100 al año, justo por encima del nivel de pobreza para un hogar unipersonal -establecido en $12.760-. Los estándares son estrictos y la mayoría de las aplicaciones son denegadas; quienes no califican pueden terminar confiando en los cupones de alimentos, un programa básico de subsistencia. Estados Unidos ocupa el puesto 30 entre los 36 países de la OCDE en materia de gastos en todas las formas de invalidez relacionadas con el trabajo o la enfermedad.
En Francia, las personas con discapacidad total son elegibles para pagos del seguro público de salud de al menos 292.80 euros ($311) al mes y no más de 1.714 euros ($1.825). Aquellos que no pueden trabajar por completo y que también dependen de la ayuda para las tareas diarias son elegibles para recibir entre 1.418 y 2.839 euros ($1.510 a $3.027) por mes. Los pagos pueden combinarse con otras formas de ingresos y estar sujetos a contribuciones fiscales y de seguridad social.
Los costos
Las redes de seguridad social más generosas de Europa tienen un costo, que en gran parte se paga con los impuestos recaudados de los propios trabajadores y empleadores.
En Estados Unidos, las contribuciones a la Seguridad Social representaron el 6% del PIB en 2018, según la OCDE. En Francia fueron casi tres veces más grandes, con el 16% del PIB anual, mientras que en Alemania fueron de poco más del 14%.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.