Jajaira, de Glendora, se convirtió en la primera boxeadora estadounidense en clasificar este año a los Juegos Olímpicos de París 2024
Después de perderse dos Olimpiadas y estar muy cerca de dejar el deporte, el trabajo y la persistencia comienzan a rendir frutos para Jajaira González.
Jajaira, de Glendora, California, se convirtió en la primera boxeadora estadounidense en clasificar este año a los Juegos Olímpicos de París 2024 en la división de las 132 libras (60 kg). La joven mexicoamericana de 26 años ganó sus dos primeros combates en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile en octubre pasado para alcanzar las semifinales y asegurarse una plaza olímpica.
Además de Jajaira, también clasificaron para la cita en París 2024 los boxeadores Jennifer Lozano, Morelle McCane, Jahmal Harvey y Joshua Edwards.
En Santiago, González, con su estilo agresivo y alto volumen de golpes, derrotó a la uruguaya Camila Piñeiro por una contundente decisión unánime de 5-0. Sin embargo, al momento de que el réferi le levantó la mano, Jajaira lo tomó con calma. Era una cuenta pendiente que necesitaba saldar.
“Pensé que iba a estar más emocional”, indicó la exestudiante de Charter Oak High School. “Pero mi meta no era calificar, estaba contenta y bendecida. Pero sabía que el trabajo no estaba terminado”.
En la semifinal de los Panamericanos enfrentó a la favorita brasileña Beatriz Ferreira, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de 2020, con la que perdió por decisión. Ferreira, campeona defensora de los Panamericanos, eventualmente ganó el torneo por segunda ocasión consecutiva y nuevamente será una de las favoritas para conquistar el oro en París 2024 el próximo verano.
“Sabía que si no noqueaba no iba a ganar porque era la favorita. Perdí por decisión pero ya sé en qué trabajar y la vamos a vencer en París”, prometió Jajaira sobre aquella derrota en Santiago.
“Tiene las herramientas y las cualidades para ser Oro en las Olimpiadas”, expresó José de Jesús González, su papá, entrenador y uno de sus críticos más fuertes.
“Estoy orgulloso, pero le falta todavía. Sé que puede mejorar”, añadió José, un exboxeador amateur de Guadalajara, el cual tiene también un hijo, Joet González (26-4, 15 KOs), en el pugilismo profesional.
Los Gonzalez, desde su campamento en un gimnasio de La Verne donde tienen entrenando por cuatro años, no quieren volver a confianse. La última vez que lo hicieron, pagaron muy caro.
Cuando la californiana ganó la medalla de oro del peso ligero en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014, además de los títulos mundiales júnior de 2013, 2014 y 2015, muchos predijeron que sería la próxima gran promesa del boxeo. Todo mundo hablaba bien de Jajaira, inclusive la consideraban la peleadora más talentosa de la familia boxística de los González. Pero al momento de que vino un golpe fuerte rumbo a Río 2016, la carrera de Jajaira comenzó a sufrir.
En 2015 cayó ante Mikaela Meyer en las eliminatorias olímpicas, lo que provocó que Jajaira comenzara a ver el deporte de otra forma. Había perdido confianza en si misma y en mucha gente, pues sentía que había hecho todo lo posible para llegar a Río, pero los jueces le habían dado el triunfo a Meyer.
“Eso te dice que largo ha sido el camino para ella, y hay que darle mucho crédito. Para ir a las Olimpiadas hay muchas curvas y desviaciones para los atletas. Ella siguió entrenando y siguió insistiendo, hasta clasificar, lo cual es un logro tremendo”, indicó su entrenador del equipo olímpico, Billy Walsh.
Walsh aseguró que Jajaira está comenzando a ser esa antigua peleadora que arrasaba con torneos y competencias como adolescente.
“Está sacando su mejor versión, sin importarle nadie más”, añadió Walsh, quien estuvo muy contento de que Jajaira enfrentara a Ferreira en los Panamericanos, pues ya tiene la experiencia y sabe qué esperar si se atraviesa nuevamente en su camino en París 2024.
“Su momento ha llegado”, añadió el entrenador irlandés.
“Aprendí que nunca hay que estar muy confiada, no debes estar muy cómoda”, señaló Jajaira al recordar los tropiezos.
Además de tener problemas en su vida privada, lo que causaron mucha tensión mental, Jajaira también comenzó a sufrir aún más en lo deportivo, especialmente cuando cayó en la primera ronda de los nacionales en 2018.
Entonces, Jajaira se enlistó en el Army en 2016, en lo que fue un momento muy complicado para ella, pues dijo sentirse muy sola, mientras también entrenaba en Colorado Springs con el equipo nacional de Estados Unidos, muy lejos de su familia.
“Para ir a las Olimpiadas hay muchas curvas y desviaciones para los atletas. Ella siguió entrenando y siguió insistiendo, hasta clasificar, lo cual es un logro tremendo”
— Billy Walsh, entrenador del equipo olímpico de boxeo de EE.UU.
Pero Jajaira no tenía una buena relación con el equipo de boxeo en el Army y eso provocó aún una crisis más grande para ella.
Su mal estado mental y físico, la obligaron a tomar una pausa de cuatro años en el deporte en 2018.
“La vida no es color de rosa, es dura”, opinió Walsh, quien señaló que en USA Boxing tienen entrenadores que hablan con los boxeadores sobre sus asuntos mentales y también tienen psicólogos clínicos para atender este tipo de situaciones.
Jajaira no hablaba mucho de sus problemas con otras personas y eso le provocó mucha ansiedad. De acuerdo a su papá, gran parte de la depresión se debe a las exigencias que se le piden a atletas prospectos como Jajaira, y especialmente cuando no es tan viendo los resultados, después de tanto sacrificio, se pueden desanimar.
“Le afectó mucho estar fuera de la casa. Desde los 13 años ha estado fuera de la casa, no porque ha querido, pero por el deporte”, explicó José, quien recuerda que un día le llamaron del Army a las 2 a.m. para que hablara con su hija, pues estaba en “una difícil situación mental”.
“Es difícil que yo confie en alguien por lo que me ha pasado en el pasado. Me han traicionado, así que es difícil encontrar ese tipo de personas”, expresó Jajaira, quien ha aprendido a escribir en un diario, a dibujar y jugar con su perro Bam! para combatir la ansiedad.
De acuerdo a Jajaira, su vida boxística mejoró también cuando comenzó a ser su mayor prioridad en su vida y dejar a un lado muchas distracciones.
“En esto tienes que estar toda adentro”, añadió Jajaira, quien entrena con su padre, al que considera un amigo.
Su papá José es un exboxeador aficionado que peleaba en el área de Tlaquepaque y tuvo peleas en la Arena Coliseo de Guadalajara. En 1988, José emigró a Estados Unidos, donde siguió siendo sparring de peleadores pues no tenía las facultades para ser profesional. José entonces se casó con Sofía y comenzaron a llegar los hijos. El primero fue Joet, de 30, luego Joyce, 27, Jajaira, Jonjairo, 24, Jason, 21 y Jaylene, 16. Su hijo JonJairo se está alistando para comenzar a pelear, probablemente en las 150 a 160 libras.
Si fuera por su padre, Jajaira ya hubiese sido profesional, pero su hija siempre ha tenido la llama olímpica prendida en su corazón. Inclusive, hasta a principios de este año, Jajaira estuvo muy cerca de entrar al boxeo de paga, pues José le recordaba que se estaba haciendo más grande de edad y que tenía que tomar una decisión.
“Tenía oportunidades de ser profesional y firmar pero mis metas siempre fueron ir a las olimpiadas. Sabía que tenía que ser consistente, optimista, disciplinada, comprometida y seguir por este sueño”, describió Jajaira.
Entonces Jajaira le pidió a su padre que se esperara un poco más pues quería ser una atleta olímpica.
“Jajaira ha persistido, ha sido aferrada y ha querido ser olímpica”, declaró José.
En lo que se refiere al futuro y al posible profesionalismo, un paso que suena obvio después de las Olimpiadas de Paris, José prefiere esperar, pues ha aprendido a que él no manda en las decisiones de su hija.
“Mi idea es que sí, pero depende lo que diga ella. Ellos deciden. Los hijos cuando están grandes, ellos deciden. Yo estoy detrás de ellos, haré lo que ella me diga”, expresó José.
Jajaira aun no define si será profesional después de París, pero tampoco le molesta la idea de regresar a las Olimpiadas de Los Ángeles 2028.
“Unas de las granades cosas que puedes hacer en la vida es ser un atleta olímpico. Para mí, como un aficionado y un atleta olímpico, creo que es una de las cosas más difíciles de lograr”, explicó Walsh, participante en las Olimpiadas con Irlanda en 1988.
“Todo mundo puede ser profesional y firmar un contrato. Pero no todos pueden ser olímpicos”, añadio Walsh, quien añadió que habrán 268 boxeadores en París 2024 de miles de millones habitantes en el mundo.
“Eso es muy especial. Eso nunca te lo pueden quitar. Siempre vas a ser un olímpico”, añadió Walsh.
Jajaira lo sabe y el próximo verano buscará aprovechar su momento.
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