A la cabeza de las encuestas se ubica la candidata oficialista Claudia Sheinbaum, le sigue de lejos la opositora Xóchitl Gálvez
LOS ÁNGELES — Las encuestas sobre los comicios en México del 2 de junio dan como favorita a Claudia Sheinbaum, candidata oficialista del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). En los sondeos —a una distancia de 20 o más puntos— aparece otra mujer: Xóchitl Gálvez, en representación de tres partidos tradicionales. Aunque en la contienda también participa Jorge Álvarez Máynez, candidato del Movimiento Ciudadano, todo indica que la silla presidencial en Los Pinos está destinada para una mujer.
En 200 años, desde que llegó al poder José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix —conocido como Guadalupe Victoria— en octubre de 1824, una mujer sería la primera presidenta, algo que la comunidad mexicana aplaude en Estados Unidos; sin embargo, mientras algunos sectores fijan su mirada en los problemas estructurales que se deben resolver, otros expresan su desazón por el continuismo de Morena y lo que pueda pasar si concentra todo el poder en las próximas votaciones.
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Estas elecciones no solamente van a dirimir quien sustituirá al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sino que también servirán para votar por 500 diputados y 128 senadores. Asimismo va a elegirse la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y los gobernadores de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, junto a congresos locales, ayuntamientos, juntas municipales y alcaldías. En total se elegirán más de 19 mil cargos.
Desde el exterior, los migrantes van a votar por la presidencia y senadores; asimismo, ejercerán su derecho al voto para elegir la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y los gobernadores de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla y Yucatán, al igual que tres diputaciones locales.
“Sería padre que las niñas miren que las mujeres y los hombres tienen la misma oportunidad, porque todos somos iguales; será una motivación”, dice Yolanda Gálvez, de 37 años y residente en el sur de Los Ángeles —hija de inmigrantes oriundos de Jalisco y madre de una niña de siete años— al ver la posibilidad de que finalmente una mujer ocupe el cargo de jefa de Estado como ha ocurrido previamente en otras naciones latinoamericanas.
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En la actualidad hay dos mujeres presidentas en América Latina. La hondureña Xiomara Castro llegó a ese cargo el 27 de enero de 2022 por elección popular, mientras que en el caso de la peruana Dina Boluarte fue por sucesión constitucional, ocupando esa posición desde el 7 de diciembre de 2022. Antes de ellas fueron electas presidentas Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua (1990-1997), Mireya Moscoso en Panamá (1999-2004), Michelle Bachelet en dos periodos en Chile (2006-2010 y 2014-2018), Cristina Fernández de Kirchner en Argentina (2007-2015), Laura Chinchilla en Costa Rica (2010-2014 ) y Dilma Rousseff en Brasil (2011-2016), entre otras.
“Por primera vez una mujer será la presidenta de México, eso es algo histórico y es un avance democrático; hay que celebrar ese hecho”, valora Gaspar Rivera Salgado, director del Centro de Estudios Mexicanos en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Este sociólogo sostiene que al mismo tiempo estas elecciones son “un plebiscito sobre el trabajo que ha hecho Andrés Manuel López Obrador en este sexenio, es decir si la gente quiere que continúe Morena con sus propuestas o quiere algún cambio”.
Estos comicios insuflan de arrebato a Francisca Ávila, originaria de Guadalajara. Esta mujer piensa dar su voto ciegamente a la candidata de Morena, institución fundada por López Obrador como movimiento político en 2011 e inscrito como partido en 2014. A criterio de Ávila, si Sheinbaum asume la presidencia debe continuar los programas creados en el sexenio de AMLO. Esta inmigrante solo pide un cambio. “Quiero que pongan un nuevo Poder Judicial, que cambien a todos los magistrados”, subraya.
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Declarado simpatizante de Morena, Emilio García apuesta a que el nuevo gobierno ponga mano de hierro contra la delincuencia, el crimen organizado y el narcotráfico. Este empresario, originario de Chiapas y criado en Puebla, considera que si se combate la violencia y la inseguridad sus connacionales no van a migrar, tal como él lo hizo en 2000 afectado por la situación económica del país en esa época. “En este gobierno se agravó la inseguridad; el narcotráfico está matando a gente a diestra y siniestra”, lamenta García, propietario de un negocio en el vecindario angelino de Lincoln Heights.
La llegada de López Obrador a la presidencia en 2018, indica Jorge Pérez, fue un alivio para los sectores más desprotegidos. Este inmigrante considera que el trabajo que ha hecho el mandatario nacido en Tabasco es suficiente para que Claudia Sheinbaum, exjefa de gobierno de la Ciudad de México, sea electa presidenta y expanda los programas sociales en el próximo sexenio. “México ya necesitaba un cambio”, dice Pérez, originario de Ciudad de México.
—¿Qué espera del próximo gobierno? —pregunto.
—Que termine lo que está haciendo Obrador.
—¿Qué tema deja pendiente este gobierno?
—Obrador no deja ningún tema pendiente
—¿Y la inseguridad?
—El presidente Felipe Calderón manchó de sangre a México, van a pasar dos sexenios más para que se limpie. Esto es estructural, no se resuelve de la noche a la mañana. Se va a quitar poco a poco mientras Morena siga ganando las elecciones —argumenta Pérez.
La inseguridad en el sexenio de López Obrador deja elevadas cifras rojas. En marzo de 2024, en un sondeo a nivel nacional realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 61% de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro. Esa percepción se desprende de la ola de violencia que solo entre 2018 y 2023, en el mandato de AMLO, se han reportado 170.800 personas asesinadas, según reportes elaborados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Faltan dos semanas para las elecciones presidenciales de México y la opositora Xóchitl Gálvez afrontó un día decisivo el domingo para medir sus fuerzas ante la candidata puntera, la oficialista Claudia Sheinbaum, con un gran acto en la capital y el debate final.
Los asesinatos en este sexenio, sin incluir el año en curso, superan la época más sangrienta previa a la llegada del presidente López Obrador. En el mandato de Vicente Fox (2000-2006) se reportaron 60.280 asesinatos, en la administración de Felipe Calderón (2006-2012) fueron 120.463 y en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) ascendió a 156.066.
“Queremos ver un México que no esté sumido en la inseguridad y la corrupción; un México que nos dé garantías para que podamos regresar”, advierte Francisco Moreno, director ejecutivo del Consejo de Federaciones Mexicanas (Cofem), en Los Ángeles, desafiando a sus connacionales para que ejerzan su derecho al voto, porque de esa manera los políticos y gobernantes van a darse cuenta del “valor que tenemos los migrantes, el aporte económico y político que le damos a México desde el exterior”.
En 2020, a causa de la pandemia, el Producto Interno Bruto (PIB) sufrió una caída de 3.1%, luego en 2021 el PIB aumentó 5.7%, en 2022 fue de 3.9% y en 2023 del 3.2%, de acuerdo a cifras que maneja el Inegi. Esa estabilidad económica tiene un estrecho lazo con las remesas de los migrantes, en 2023 enviaron más de 63 mil millones de dólares, encadenando 10 años consecutivos con remesas al alza desde 2014. El 96% de estas divisas son de Estados Unidos, la mayoría de California y Texas.
“Sigue habiendo violencia en México, hay grandes retos de desigualdad y pobreza, pero por otro lado —por algo AMLO tiene arriba del 60% de aprobación general— la economía no se cayó, los programas de bienestar y transferencia de apoyo a los más pobres siguen ahí, siguen las grandes obras”, apunta Gaspar Rivera Salgado, profesor de UCLA.
Es que la popularidad de López Obrador sigue encumbrada en un año electoral. A principios de mayo el diario El Financiero divulgó un sondeo donde el mandatario alcanza el 60% de aprobación ciudadana. Sin embargo, en el manejo de la seguridad pública el índice de desaprobación asciende al 64%.
Es necesario que la oposición realmente se reconstituya, tenga visión de nación. Es cierto que corremos el riesgo de que haya un partido dominante como ocurrió con el PRI y eso no es saludable para nadie.
— Gaspar Rivera Salgado, director del Centro de Estudios Mexicanos de UCLA
Para mantener ese nivel de popularidad los expertos concuerdan en que ha sido clave la implementación de programas sociales que favorecen a las personas mayores, jóvenes desempleados, estudiantes, agricultores y personas con discapacidad. En este 2024 se beneficiarán a aproximadamente 28 millones de mexicanos con alguna de estas iniciativas, entre ellos hay adultos mayores que cuentan con una pensión universal, programa que lanzó el gobierno federal en enero de 2019 cuando recién comenzaba el mandato de AMLO.
“Tiene la ventaja López Obrador que es muy reconocido en una amplia población que es beneficiaria de los programas sociales, sobre todo las transferencias de efectivo”, señala Vicente Sánchez Munguía, profesor e investigador del departamento de estudios de administración pública de El Colegio de la Frontera Norte, con sede en la ciudad fronteriza de Tijuana. “Habrá que ver si esa popularidad de la cual goza es factible en términos reales de que se traslade a la elección”.
Sheinbaum podría resultar ser más “izquierdista” de lo que López Obrador ha sido
En principio, Claudia Sheinbaum, científica de 61 años de edad, está recogiendo simpatías del caudal de seguidores de López Obrador. En una encuesta divulgada por la agencia Mitofsky a principios de mayo detalla que la candidata oficialista alcanza 48.9% de la intención de voto; entretanto, Xóchitl Gálvez, ingeniera de 61 años, tiene 28.1% a favor. El otro contendiente, Jorge Álvarez Máynez, acumula solo el 10.3%.
La elección más importante en este contexto no sería propiamente la presidencial, si no la del Congreso, porque ahí es donde se define si se convierte o no el partido del presidente actual en un partido hegemónico
— Vicente Sánchez Munguía, investigador de El Colegio de la Frontera Norte
El viento sopla a favor del oficialismo; sin embargo, lo que causa desasosiego en algunos sectores es la concentración de poder y lo que se haga con el control de las instituciones estatales, ya que el partido de López Obrador en estas elecciones aspira a tener la mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso federal. En el actual sexenio algunas de las propuestas del mandatario no prosperaron porque encontró freno en el Senado o en la Suprema Corte de Justicia, pero si tiene mayoría en las dos cámaras legislativas la historia puede ser diferente.
“A mí me preocupa que controlen todo porque las 20 reformas a la Constitución que el presidente ya puso sobre la mesa significa básicamente la desaparición de la división de poderes; la desaparición de los pesos y contrapesos, el disenso y la libertad de prensa”, sostiene Javier Martínez, empresario originario de Aguascalientes residente en la ciudad de Pasadena.
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En una propuesta, enviada el 5 de febrero al Congreso, López Obrador sometió 20 iniciativas, 18 de ellas son reformas constitucionales. Una de ellas busca debilitar al Poder Judicial como contrapeso, y al mismo tiempo incentiva el populismo penal, según denuncian organizaciones de derechos humanos. Por otro lado, también el mandatario apuesta por la reconfiguración del papel de las fuerzas armadas, lo que permitiría la militarización de cualquier tarea, entre otras iniciativas.
“A mí me dan miedo esos dictadores, no lo deseo para ninguna sociedad, menos para México”, confiesa Martínez, advirtiendo que las señales que manda López Obrador son parecidas a los regímenes de Venezuela, Cuba o Nicaragua. Si llega a Los Pinos la candidata de AMLO va a implementar las reformas constitucionales, dice el empresario. En todo caso lo que más le angustia es que Morena se convierta en un partido hegemónico similar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó México durante 70 años consecutivos.
El activista Aniceto Polanco, cofundador de Morena en Los Ángeles, descarta que este partido pretenda perpetuarse en el poder, argumentando que existe una postura institucional de rechazo a la reelección por eso es que Sheinbaum es la candidata presidencial y no López Obrador. Lo que sucede, dice Polanco, es que el pueblo se cansó y despertó, y ahora “el mismo pueblo va a poner su gobierno, estamos empezando a vivir en una democracia; si surge otro partido, PRI o lo que sea, y si el pueblo le da la confianza de gobernar, adelante”.
Una democracia no puede existir sin libertad de prensa. Colombia y otras naciones latinoamericanas deben esforzarse por fortalecerla
En función de que se mantenga una democracia saludable y fuerte los expertos plantean que no le conviene a México que un solo partido controle los tres poderes del Estado.
“La elección más importante en este contexto no sería propiamente la presidencial, si no la del Congreso, porque ahí es donde se define si se convierte o no el partido del presidente actual en un partido hegemónico”, subraya Vicente Sánchez Munguía, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, asegurando que si un solo partido asume el control de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial entonces “no tendría freno y el sistema de división de poderes se puede deteriorar”.
Gaspar Rivera Salgado, profesor de UCLA, plantea que si un partido controla las dos cámaras del Congreso puede avanzar su agenda política sin inconveniente, por eso se necesita una oposición compacta que tenga visión de país; no obstante, este académico observa que la coalición conformada por los partidos tradicionales PRI, PAN y PRD no ha sabido articularse. Por lo tanto, si no logran entusiasmar a los electores le van a dejar el camino despejado al partido oficial.
“Es necesario que la oposición realmente se reconstituya, tenga visión de nación. Es cierto que corremos el riesgo de que haya un partido dominante como ocurrió con el PRI y eso no es saludable para nadie. El PRI tuvo la súper mayoría y el control legislativo por 70 años. Ya pasamos por ahí, ese es el peligro”, detalla Rivera Salgado, advirtiendo que si la oposición “no puede articular una alternativa de nación y deja que Morena y su coalición obtenga la súper mayoría, eso sí me parece sería un peligro para el futuro de México”.
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