El gobernador reconoció problemas con la vacunación en las comunidades latinas y negras
A pesar de que la tasa de nuevos casos de coronavirus disminuye, sigue habiendo signos preocupantes del impacto de COVID-19 en las comunidades negras y latinas.
El gobernador Gavin Newsom reconoció el domingo que los funcionarios de salud estatales y locales tuvieron problemas para distribuir la vacuna COVID-19 de manera equitativa entre las comunidades latinas y negras en California.
Hablando en una clínica móvil de vacunación en Inglewood, Newsom afirmó que el estado necesita “hacer más y mejor” para llegar a esas comunidades, y establecer sitios de vacunación directamente en los vecindarios que han sido más afectados por el virus.
“No estamos haciendo lo suficiente. Necesitamos crear muchos más programas como éste”, enfatizó. “Tenemos que hacer que la gente vuelva a trabajar, que regrese a la iglesia y que vuelva a la escuela”.
De los 7.3 millones de dosis administradas en California, el 2.9% ha ido a los residentes negros, el 16% a los latinos y el 13% a los estadounidenses de origen asiático, en comparación con el 32.7% a los blancos, según datos estatales.
Esas disparidades se reflejan hasta cierto punto en el condado de Los Ángeles, donde el 24% de los residentes negros mayores de 65 años han recibido al menos una dosis, el 29% de los latinos y el 39% de los estadounidenses de origen asiático, en comparación con el 43% de los blancos, según datos de salud pública del condado.
Mientras tanto, en el condado, la tasa de mortalidad de los latinos por COVID-19 es el triple que la de los blancos, con un promedio diario de 48 decesos por cada 100.000 habitantes, en comparación con 16 por cada 100.000 para los blancos, según datos oficiales de mediados de enero. La tasa para los residentes negros fue de 23 muertes por cada 100.000 personas.
Newsom, quien se enfrenta a una campaña de destitución con casi 1.1 millones de firmas, trató de alumbrar los esfuerzos del estado para vacunar a las comunidades “de difícil acceso” y “desproporcionadamente afectadas”, visitando dos sitios el domingo, incluido el de Inglewood y el de Boyle Heights. “Reconocemos nuestra responsabilidad respecto de hacer más”, indicó, al comentar sobre una variedad de iniciativas en las que su oficina está involucrada en todo el estado. “Nos estamos enfocando en los trabajadores agrícolas. Estamos en el Valle de Coachella, en una coalición de equidad que se enfoca en trabajadores agrícolas, y con sitios emergentes en asociación con ganaderos y administradores de granjas”.
El lado este de Los Ángeles, predominantemente latino, ha sufrido una de las tasas más altas de infección por coronavirus en el condado. Inglewood también tuvo una alta tasa de casos entre su población mayoritaria latina y negra, con uno de cada 9 residentes infectados, según datos de salud pública oficiales.
Solo unas 250 personas tenían cita para ser vacunadas el domingo en cada una de las clínicas móviles que visitó Newsom, ubicadas en Faithful Central Bible Church, en Inglewood, y el Ramona Gardens Recreation Center, de Boyle Heights. Las dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech provienen directamente del gobierno federal como parte de la asignación para el centro de vacunación masiva en Cal State L.A. administrado por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y la Oficina de Servicios de Emergencia del Gobernador.
La demanda era alta en el sitio de Inglewood, y unas 70 personas se vieron obligadas a unirse a la lista de espera ante el suministro limitado, comentó el obispo Kenneth C. Ulmer, de Faithful Central Bible Church. Entre quienes fueron invitados a tomar una cita había miembros de su iglesia y de la comunidad circundante, que tienen 65 años o más.
El senador estatal Steven Bradford (D-Gardena) habló en el evento y afirmó que la principal barrera para inmunizar a más personas en la comunidad negra es la falta de acceso a los sitios, no el miedo a la vacuna.
“Es un problema de conciencia”, comentó, y señaló que la clínica de vacunación montada en el Centro de Salud Comunitario Kedren, en el sur de Los Ángeles, parecía atraer a más personas de otras áreas que del vecindario.
Cuando el condado de L.A. rechazó el plan de construir una nueva cárcel, la supervisora Hilda Solís vio la oportunidad de usar el terreno para viviendas de los sin techo. En menos de cinco meses, el estacionamiento no utilizado se ha transformado en 232 unidades de vivienda permanente y provisional a 200.000 dólares por unidad, un récord de velocidad y coste.
“Trescientas personas aguardaban en fila. Cinco de ellos eran afroamericanos. La gente provenía de Rolling Hills, Beverly Hills. ¿Cómo se enteraron?”, se preguntó. “Parecían saber más que nosotros, así que tenemos que trabajar mejor para informar”.
Newsom dijo que, en términos de cifras brutas, California superó ahora la cantidad de vacunas aplicadas en Israel, que posee la tasa de vacunación más alta del mundo. Pero el estado todavía tiene un largo camino por recorrer para mejorar su tasa per cápita, obstaculizada por la escasez de suministro proveniente del gobierno federal.
Las severas tormentas invernales en Estados Unidos impidieron la entrega de 702.000 dosis de Moderna a California en los últimos días, agregó Newsom. Esos retrasos obligaron a los funcionarios a cerrar varios sitios de vacunación masiva, incluidos Disneyland y el Dodger Stadium.
En Los Ángeles, los seis sitios de vacunación administrados por la ciudad, incluido el del Dodger Stadium, reanudarán sus tareas el martes, según la oficina del alcalde.
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