California una vez sofocó el COVID con la orden de quedarse en casa… Por qué esta vez no marcha bien
La primera orden de cierre por coronavirus de California, en la primavera, produjo beneficios en un mes. En abril, el gobernador Gavin Newsom pudo presumir que el estado había “posiblemente aplanado” la curva de las infecciones.
Han pasado dos semanas desde que se emitió una segunda orden de quedarse en casa, y no se ha producido tal aplanamiento en la mayor parte de California. Esto puede deberse a que las restricciones son más flexibles que las de la primavera y a que muchos californianos están tan fatigados por las órdenes de salud pública, o se resisten de manera militante a ellas y se están mezclando con personas de fuera de sus hogares.
Pero los expertos dicen que la explicación más pertinente tiene que ver con la cantidad de coronavirus en la comunidad. La última orden se emitió después de que el virus ya estaba fuera de control, en parte debido a los viajes de Acción de Gracias, una diferencia que, según los expertos, hará que el aumento actual sea mucho más difícil de controlar.
“El virus es implacable y hay mucha transmisión comunitaria”, dijo el Dr. Tomás Aragón, quien el próximo mes asumirá como director del Departamento de Salud Pública de California.
Cuando los nuevos recuentos de casos diarios llegan a más de 20 por cada 100.000 personas, “se vuelve realmente difícil controlar las infecciones”, expuso Aragón, quien ha ayudado a liderar la respuesta a la pandemia de San Francisco como oficial de salud del Condado.
Las tasas de casos diarios de California se están disparando mucho más allá de ese número. La tasa diaria de casos del condado de Los Ángeles la semana pasada fue de 153.6 por cada 100.000 habitantes, dijo Aragón. El recuento del estado fue de 82.2 por cada 100.000 residentes, en comparación con un promedio nacional de 64.6.
“Una vez que las tasas se vuelven realmente altas”, señaló Aragón, “no es como si se pudiera ajustar con palancas”.
La primera orden de cierre por coronavirus de California, en la primavera, produjo beneficios en un mes. En abril, el gobernador Gavin Newsom pudo presumir que el estado había “posiblemente aplanado” la curva de las infecciones.
Han pasado dos semanas desde que se emitió una segunda orden de quedarse en casa, y no se ha producido tal aplanamiento en la mayor parte de California. Esto puede deberse a que las restricciones son más flexibles que las de la primavera y a que muchos californianos están tan fatigados por las órdenes de salud pública, o se resisten de manera militante a ellas y se están mezclando con personas de fuera de sus hogares.
Pero los expertos dicen que la explicación más pertinente tiene que ver con la cantidad de coronavirus en la comunidad. La última orden se emitió después de que el virus ya estaba fuera de control, en parte debido a los viajes de Acción de Gracias, una diferencia que, según los expertos, hará que el aumento actual sea mucho más difícil de controlar.
“El virus es implacable y hay mucha transmisión comunitaria”, dijo el Dr. Tomás Aragón, quien el próximo mes asumirá como director del Departamento de Salud Pública de California.
Cuando los nuevos recuentos de casos diarios llegan a más de 20 por cada 100.000 personas, “se vuelve realmente difícil controlar las infecciones”, expuso Aragón, quien ha ayudado a liderar la respuesta a la pandemia de San Francisco como oficial de salud del Condado.
Las tasas de casos diarios de California se están disparando mucho más allá de ese número. La tasa diaria de casos del condado de Los Ángeles la semana pasada fue de 153.6 por cada 100.000 habitantes, dijo Aragón. El recuento del estado fue de 82.2 por cada 100.000 residentes, en comparación con un promedio nacional de 64.6.
“Una vez que las tasas se vuelven realmente altas”, señaló Aragón, “no es como si se pudiera ajustar con palancas”.
Sin embargo, la nueva orden de quedarse en casa está marcando una diferencia. Los datos de GPS de los teléfonos móviles muestran que las personas en California se mueven menos, dijo Newsom. Las tasas más altas de movimiento se han asociado con un mayor número de casos durante la pandemia.
Los expertos en salud entrevistados por el Times dijeron que la situación sería aún más grave sin la nueva orden de quedarse en casa. Pero sus predicciones de cuándo los casos podrían estabilizarse o disminuir, aunque solo sea brevemente, variaron, desde una semana hasta después de las vacaciones.
Mientras tanto, las unidades de cuidados intensivos en muchos hospitales se encuentran llenas y los proveedores médicos están siendo más selectivos en cuanto a qué pacientes ingresan.
Se espera que esto empeore antes de mejorar. Los expertos dicen que la falta de espacio hospitalario y la escasez de personal provocarán más decesos, no solo de los pacientes con COVID-19, sino también de personas con otras dolencias que deberían haber sido hospitalizadas pero que no pudieron ingresar. El estado ordenó miles de bolsas para cadáveres y unidades de almacenamiento refrigeradas para manejar la cantidad de muertos.
Compare esta miseria con el éxito del estado en la primavera, cuando California cosechó elogios a nivel nacional por aplanar la curva cerrando en marzo todas las escuelas y tiendas minoristas no esenciales. Pero el número de infecciones entonces, aunque en aumento, era solo una fracción de lo que enfrenta el estado hoy.
“No hay precedentes de qué tan bien funcionará un encierro cuando se tienen tantos casos como los que tenemos actualmente”, dijo el Dr. John Swartzberg, experto en enfermedades infecciosas de UC Berkeley.
El Dr. Robert Kim-Farley, un epidemiólogo médico de la UCLA, comparó la propagación del virus al comienzo de la pandemia con “cerillas encendidas que se arrojan al bosque, lo que ocasionalmente provoca brotes”.
El cierre de marzo aplanó la curva en tres semanas, dijo. Ahora, hay un “incendio viral en toda regla, furioso y viral”, y “simplemente va a tomar más tiempo” controlarlo.
La cerilla que encendió el fuego fue Acción de Gracias. Muchos de los que viajaron o se reunieron con personas ajenas a sus hogares se enfermaron y luego infectaron a otros. Además, el clima más fresco ha hecho que el ambiente sea más hospitalario para el coronavirus, que prospera con poca humedad y se propaga más fácilmente en interiores.
Varios expertos dijeron que el aumento del Día de Acción de Gracias puede disminuir para Navidad, con un aplanamiento o incluso una caída en los casos nuevos. Pero las reuniones de Navidad y Año Nuevo pueden traer otra ola de infecciones.
“No creo que veamos una caída sustancial en los casos hasta algún momento de la tercera semana de enero”, manifestó Swartzberg.
Para que las órdenes sanitarias funcionen, la gente debe seguirlas y el cumplimiento en algunos lugares ha sido irregular.
Dentro del centro comercial Promenade Temecula la semana pasada, el negocio parecía dinámico. La compradora Josie Cárdenas, de 23 años, residente de Perris, dijo que no esperaba que el centro comercial estuviera tan lleno y deseaba que la gente tomara las órdenes de salud más en serio.
“Esto no se parece en nada a las órdenes anteriores”, dijo la trabajadora de salud despedida. “Aún se encuentra abierto todo, y la gente está saliendo”.
Fátima Tomlinson, de 21 años, que fue al centro comercial a comprar sudaderas con capucha que no estaban disponibles en línea, dijo que la orden de quedarse en casa debería ser más estricta.
“La gente está de fiesta a nuestro alrededor, en realidad no están cumpliendo con las reglas y ahora tienen una excusa para salir”, expuso la residente de Perris.
El sheriff del condado de Riverside, Chad Bianco, ha calificado la orden de quedarse en casa como “completamente ridícula”. Dijo en un video este mes que su departamento no la haría cumplir.
El condado de Riverside, que incluye a Temecula y Perris, tuvo algunas de las tasas de casos y muertes per cápita más altas de los 58 condados de California en la última semana, incluso peor que el condado de Los Ángeles.
Desde entonces, otros 800 residentes del condado de Los Ángeles han fallecido por COVID-19.
El Dr. Grant Colfax, director de salud pública de San Francisco, ha recurrido a pedir a los residentes que piensen en el hecho de que a sus padres, abuelos o hijos se les puede negar una cama de hospital o una atención adecuada debido a los hospitales abrumados.
“¿Quieren eso?”, preguntó la semana pasada.
Pero hay destellos de esperanza.
Colfax dijo que la tasa de nuevos casos de virus en San Francisco disminuyó un poco la semana pasada. Si las personas prestan atención a las dolorosas lecciones aprendidas del Día de Acción de Gracias, la cantidad de casos nuevos aún puede disminuir, destacó.
Ferrer dijo que “si todo va bien”, esperaría ver una estabilización o incluso una disminución en el número de nuevos casos diarios para Navidad.
“He hablado con muchas personas que dicen, ya sabes, que por primera vez, se lo están tomando más en serio, que se encuentran muy preocupadas por lo que está sucediendo en nuestros hospitales y que están haciendo algunos cambios significativos”, dijo ella.
Los pedidos para quedarse en casa funcionan en parte porque transmiten eficazmente un mensaje al público sobre los riesgos crecientes, expuso el Dr. Robert Wachter, profesor y presidente del Departamento de Medicina de la UC San Francisco.
“Es imposible demostrar que los nuevos pedidos están logrando algo”, dijo Wachter, “pero creo que sin ellos, es muy probable que estaríamos aún peor”.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.